“Fue parte de una red de conspiración de altos funcionarios para la protección de Jean Succar Kuri”, fueron las palabras con la que la periodista Lydia Cacho se refirió a Hugo Adolfo Karam Beltrán, exdirector de la Policía Judicial del Estado de Puebla.
En la base de datos del Registro Nacional de Profesionistas, Karam Beltrán aparece como licenciado en Derecho, maestro en Gobierno y Administración y doctor en Administración Pública. Al mismo tiempo, en los expedientes judiciales es señalado como acusado por el delito de tortura contra la periodista.
Karam fue detenido el 13 de julio de 2023 en Boca del Río, Veracruz, en cumplimiento de una orden de aprehensión derivada de la causa penal 26/2018, en la que también están implicados el exgobernador de Puebla Mario Marín Torres y del empresario Kamel Nacif Borge.
Previamente se le había impuesto la medida cautelar de prisión preventiva y estaba internado en el Centro de Reinserción Social (Cereso) de Cancún, Quintana Roo. No obstante, según reportes periodísticos de Milenio y La Jornada, se le concedió un amparo para continuar su proceso penal en libertad, por lo que habría abandonado los muros del penal durante la noche del 6 de agosto de 2024.
La información disponible señala que un juez acató la resolución de un amparo con la que se modificaron las medidas cautelares en contra de Karam Beltrán. Presumiblemente, se le permitió salir de prisión a cambio de mantenerse en Cancún y de presentarse una vez al mes ante el juez.
Adolfo Karam Beltrán era buscado por las autoridades desde abril de 2019, cuando un juez federal emitió órdenes de aprehensión en contra suya, así como de Kamel Nacif Borge y de Mario Marín.
Los hechos por los cuales se investiga a Karam Beltrán se remiten a diciembre de 2005, cuando la periodista y activista Lydia Cacho fue sacada por la fuerza de su domicilio y detenida arbitrariamente en Cancún, desde donde la trasladaron al estado de Puebla en un vehículo propiedad de Kamel Nacif.
El empresario era uno de los principales señalados en el libro Los Demonios del Edén, en donde Cacho exhibió una red de pederastia encabezada por el empresario Jean Succar Kuri.
Durante el viaje de más de 20 horas en carretera, Lydia Cacho fue víctima de amenazas y actos de tortura tanto física como psicológica. Acorde con las denuncias, la detención arbitraria y el traslado había sido parte de un plan de Mario Marín, Kamel Nacif y Hugo Adolfo Karam a manera de represalia por la publicación de la periodista.