Así se diseñaban las banquetas en las ciudades mayas originales; INAH resguarda piezas halladas en obras del Tren Maya

En las ciudades mayas precolombinas se utilizaban banquetas, también conocidas como aceras elevadas, como parte de su infraestructura urbana y tenían como objetivo facilitar el tránsito peatonal y ayudaban a delimitar espacios públicos.

En muchas ciudades mayas las banquetas estaban bien estructuradas y formaban parte de un complejo sistema de calles y plazas, reflejando un alto nivel de planificación urbana y arquitectónica.

Estas estructuras elevadas eran construidas principalmente con piedras y estuco. Estaban diseñadas para elevar a los peatones por encima del nivel del suelo, especialmente durante la temporada de lluvias. Generalmente, medían entre 30 cm y 50 cm de altura, y su anchura variaba dependiendo del espacio disponible y la importancia de la vía.

Las banquetas estaban a menudo ubicadas a los lados de calles y plazas principales, conectando áreas residenciales con zonas ceremoniales y comerciales.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) concluyó la estabilización y liberación de dos banquetas de estuco modelado y policromado en el Frente 2 del Tramo 7 del Proyecto de Salvamento Arqueológico (PSA) del Tren Maya, el cual se extiende desde Chetumal, en Quintana Roo, hasta Escárcega, en Campeche.

Una vez restauradas, se espera que estas banquetas puedan ser exhibidas en algún museo. Además, se planea reubicar el monumento en su totalidad para asegurar su preservación.

A unos 73 kilómetros de Chetumal, el pasado 18 de diciembre de 2023 se descubrieron estas estructuras arquitectónicas en el monumento identificado como T7_35070, informó Ramón Enrique Carrillo Sánchez, coordinador de la excavación.

El hallazgo se realizó cerca de la Zona Arqueológica de Chakanbakán y corresponde al periodo Clásico Tardío, comprendido entre 600 y 900 d.C.

Las banquetas fueron trasladadas al Laboratorio de Restauración de Chetumal el 23 de diciembre de 2023 debido a su delicado estado de conservación. Estas presentaban daños causados por recristalización de sales en la superficie, pérdidas en volumen y color, abrasión, raíces y erosión, factores derivados del entorno de enterramiento y exposición a agentes ambientales como la humedad y los cambios de temperatura.

Las intervenciones incluyeron la aplicación de ribetes de protección y la inyección de lechadas de cal para asegurar la firmeza de los elementos de estuco más frágiles. Camacho Zamora puntualizó que el objetivo principal del PSA es garantizar la estabilidad de estos elementos, que están construidos sobre un basamento con tres cuerpos superiores y cuatro etapas constructivas, según un estudio de estratigrafía realizado.

Durante la remoción, detalló Karla Mora Yerena, restauradora a cargo de las tareas de conservación en el Frente 2, se utilizaron técnicas mecánicas y manuales para desmontar cada elemento individualmente, asegurando su embalaje con tres niveles de protección para su transporte seguro al laboratorio.

La primera de las estructuras halladas es una banqueta lineal en el cuarto central del monumento, de aproximadamente 3 metros de longitud, que cuenta con 15 elementos decorativos distribuidos consecutivamente.

Entre estos se encuentran columnillas con diseños trenzados y lisos de color rojo, así como una placa con alto relieve que destaca una figura antropomorfa. Estas figuras presentan características específicas: están en posición erguida con las manos sobre el pecho, portan taparrabos y una vestimenta que cubre hombros, parte del pecho y brazos. Detalles geométricos en color negro son visibles en las extremidades superiores, lo que se interpreta como un tipo de tejido posible vinculado a rituales funerarios.

La segunda banqueta descubierta, con forma de “L”, mide 1.80 metros en la ala sur y 2.27 metros en el ala este, y está compuesta por 11 sillares rectangulares con restos de estuco policromado rojo. Estas piezas tienen dimensiones de 54 centímetros de largo, 36 de ancho y 17 de espesor.

Felix Camacho concluyó indicando que los trabajos de conservación continuarán en el laboratorio, y que se llevará a cabo un análisis cerámico e iconográfico para determinar con mayor precisión el estilo arquitectónico, simbología y temporalidad de las estructuras.