La violencia en Celaya, Guanajuato, ha cobrado una nueva víctima: Alejandro Martínez Noguez, periodista que dedicó su vida a la cobertura de la narcoviolencia en la región.
Este domingo 4 de agosto, mientras regresaba de cubrir un evento en el municipio de Villagrán, fue emboscado por civiles armados que lo acribillaron. Conocido popularmente como “El Hijo del Llanero Solititito”, había sido un defensor incansable de la información veraz, la búsqueda de la justicia y la paz.
Su trabajo lo llevó a convertirse en un referente en el ámbito de la nota roja y los hechos delictivos, documentando la cruda realidad de su comunidad.
En un reportaje audiovisual realizado en 2021 titulado “Ciudad en Silencio”, Martínez compartió su angustia por la situación que vivía el estado de Guanajuato, que en ese entonces encabezaba la lista de entidades más violentas en México.
En dicha producción, Martínez Noguez fue cuestionado sobre la violencia en Celaya, el municipio que conocía como la palma de su mano y donde se convirtió en la referencia en el periodista de la nota roja.
Al ser cuestionada sobre si ya se había acostumbrado a la violencia, el periodista contestó: “No, no, no. La violencia no te cansa, la violencia me da mucha tristeza, me duele, me duele ver Celaya así como está, me duele ver todo lo que pasa, me duele ver gente muerta, chale, cabrón, me duele todo esto”, dijo mientras sollozaba y se limpiaba las lágrimas ante la cámara.
Sus palabras, llenas de tristeza y desesperación, reflejan el profundo impacto emocional que la violencia había tenido en él y en muchos ciudadanos de la región. Este clip se ha viralizado rápidamente tras el asesinato del comunicador.
La tarde del domingo 4 de agosto, cuando regresaba de su cobertura, Martínez y su escolta fueron interceptados en la carretera federal 45, a la altura de Villagrán-Celaya, por un grupo de hombres armados que dispararon con saña.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana de Celaya (SSCC) informó que los atacantes les dieron alcance y abrieron fuego contra el vehículo asignado para su traslado, dejando a Martínez gravemente herido. A pesar de que su escolta lo trasladó de inmediato a un hospital, el periodista no logró sobrevivir a las heridas que sufrió en el ataque.
La SSC de Celaya condenó enérgicamente el ataque y señaló en un comunicado que continuará la colaboración con el Estado y la Federación para esclarecer el caso y llevar a los responsables ante la justicia. También se informó que los escoltas que acompañaban al periodista resultaron lesionados y están recibiendo atención médica.
La Fiscalía General del Estado de Guanajuato ha asumido la investigación del caso, un proceso crítico para determinar tanto a los autores materiales como a los intelectuales detrás del ataque.
La noticia de su muerte ha sacudido a la comunidad y a sus colegas, quienes lo recuerdan como un hombre apasionado por su trabajo y comprometido con la verdad. “Era un periodista que estaba en riesgo”, mencionó Balbina Flores, representante en México de Reporteros Sin Fronteras (RSF). “Era muy conocido en Celaya, un compañero que tenía muchos años trabajando”, agregó, evidenciando el reconocimiento que tenía entre sus pares.
Martínez Noguez había estado bajo medidas de protección estatal desde 2022, tras sufrir un atentado que puso de manifiesto los peligros que enfrentan los periodistas en un país marcado por la impunidad y la violencia del crimen organizado.
En sus últimos días, Martínez mantuvo su compromiso con la información. Su última transmisión en vivo, que hizo minutos antes de ser atacado, fue sobre un accidente de tránsito que cobró la vida de un hombre de conocido como “El Camote”.
El ataque que terminó con su vida ha generado una oleada de condenas y preocupaciones sobre la seguridad de los periodistas en la región. La SSCC condenó enérgicamente la agresión y aseguró que colaborará con la Fiscalía para esclarecer el caso y llevar a los responsables ante la justicia. Sin embargo, la comunidad se pregunta si estas acciones serán suficientes para proteger a aquellos que, como Martínez, se dedican a informar sobre la realidad que viven a diario los ciudadanos.
La violencia en Celaya no es un fenómeno nuevo; ha ido en aumento en los últimos años, alimentada por la lucha entre grupos del crimen organizado por el control del territorio. Este entorno de miedo y agresión ha hecho que muchos periodistas se enfrenten a decisiones difíciles: seguir reportando sobre la violencia o alejarse de una labor que, aunque esencial, conlleva un riesgo inminente.
La comunidad de periodistas en México ha reaccionado con indignación ante este último asesinato. En menos de un mes, el país ha llorado la pérdida de otros comunicadores como Víctor Culebro, director de una página de noticias en Facebook, quien fue encontrado sin vida en Chiapas, y Federico Hans, atacado a tiros en Sonora. Todos estos incidentes resaltan el clima de inseguridad permanente en el que trabajan los periodistas.
Según el recuento de RSF, más de 150 reporteros han sido asesinados en México desde 1994, y el país sigue siendo uno de los más peligrosos para el ejercicio periodístico.