Nacido en la pequeña localidad de Mérida, Yucatán, Mauro Graciano Ricalde demostró con su trabajo que el talento no conoce fronteras ni limitaciones. Ricalde se destacó por su capacidad para realizar complejos cálculos orbitales que sorprendieron a la comunidad científica internacional.
El brillante matemático mexicano, dejó una huella indeleble en la historia de la astronomía al calcular la órbita del famoso cometa Halley.
“Graciano Ricalde fue un matemático mexicano que estaba aprendiendo matemáticas avanzadas a finales del siglo XIX cuando no había personas en México que enseñaran matemáticas de nivel superior”, menciona la página de la Universidad Nacional Autónoma de México.
De México al espacio
Graciano Ricalde fue hijo de Ambrosio Benito Ricalde Moguel , tesorero Municipal de Hoctún, municipio de Yucatán, y María Ysidra Gamboa Gamboa, una familia de agricultores. Ricalde fue el quinto de siete hijos y fue apodado como “Chano”.
A la edad de cuatro años, comenzó a asistir a la escuela primaria, después de que su familia se mudara a Hocabá, otro municipio de Yucatán. El hecho que comenzara a ir a la escuela a una edad temprana era muy raro para la época; sin embargo, tras platicar con el director, este quedó convencido que era un niño muy brillante, por lo que le permitió comenzar sus estudios en ese lugar.
Sin embargo, tuvo que abandonar la escuela después de tres años de educación, ya que sus padres no contaban con el dinero suficiente. Tiempo después decidió regresar a su pueblo natal para continuar con su formación.
Años después continuó su educación en la Escuela Normal de Maestros del Estado. Graciano mintió sobre su edad para ser admitido, ya que la edad mínima para ingresar era 14 años y él tenía 12, además comenzó sus estudios saltándose el primer año, ya que había estudiado por su cuenta. También recibió una beca que le permitió continuar su instrucción.
Se graduó a los 15 años y trató de ingresar a la Escuela Estatal de Ingeniería donde le negaron el acceso debido a su corta edad. Tiempo después, en 1895, entró al Instituto Literario donde Manuel Sales Cepeda, reconocido escritor de la época, profesor de matemáticas y filosofía.
Ahí tuvo oportunidad de explorar las matemáticas y su habilidad fue observada por muchas personas. Las autoridades y población estaban preocupadas por la inseguridad de una de las torres de la catedral.
La torre presentaba grietas que constituían un gran peligro para el público. Se intentó pesar la gran campana situada en la parte superior sin desmontarla, ya que era fundamental determinar si se podían hacer reparaciones sin cambiar su ubicación.
“Este reto se encomendó al maestro Manuel Sales Cepeda, entonces director del Instituto Literario, quien eligió a Graciano para realizar los cálculos y deducir el peso exacto de la campana, lo que hizo con total exactitud.”, menciona el artículo de la UNAM.
El genio que calculó la órbita del cometa Halley
Ricalde empezó a coleccionar volúmenes de la revista matemática L´L’intermédiaire des Mathématiciens (El intermediario de los matemáticos), donde mandaba preguntas y contestaba problemas y cuestionamientos de otros lectores.
En 1901 publicó un método en la revista Annales de l’Académie des Sciences (Anales de la Academia de Ciencias) que revolucionaría el mundo de las matemáticas, este buscaba encontrar una manera sencilla de resolver ecuaciones de quinto grado, conocidas como ecuaciones quínticas (ecuación polinómica en que el exponente de la variable independiente de mayor grado es cinco), utilizando funciones especiales llamadas funciones elípticas.
Este hecho fue importante pues logró desarrollarlo de forma independiente, sin utilizar alguno que habían desarrollado otros matemáticos de la época, simplificó la ecuación quíntica a una forma más manejable llamada trinomial.
Observó que, al resolver ecuaciones de tercer grado, sustituir un coeficiente por el seno de un ángulo auxiliar facilitaba encontrar las raíces. Aplicando esta idea, descubrió que para las ecuaciones quínticas se requieren otras funciones especiales, las funciones elípticas, para separar las raíces.
Mediante estas funciones, Ricalde derivó las raíces de las ecuaciones quínticas de manera explícita, lo que hace su método práctico para resolverlas numéricamente. Su procedimiento, que utilizaba elementos algebraicos llamados invariantes y covariantes, se inspiró en el trabajo del matemático francés Charles Hermite, pero lo superó en simplicidad y facilidad de aplicación.
Ante la predicción de que el cometa Halley sería visible en 1909-1910, se generó mucho miedo en México, en parte por la cobertura de la prensa. Mauro Graciano Ricalde y otros científicos intentaron explicar a la población qué eran los cometas y que la predicción de que la Tierra pasaría por la cola del cometa no era motivo de preocupación.
En 1911, Ricalde publicó un folleto de 20 páginas en el que describía sus observaciones del cometa y explicaba las matemáticas detrás del cálculo de su órbita. Este folleto, escrito en un lenguaje sencillo, demostraba su conocimiento sobre las ideas científicas de la época.
En el folleto describió los diferentes tipos de órbitas que puede seguir un cometa (elíptica, parabólica e hiperbólica) y explicó cada una de ellas. Asimismo, se centró en los elementos de la órbita de Halley calculados por los astrónomos ingleses Philip H. Cowell y Andrew C. Crommelin.
Ricalde observó por primera vez el cometa Halley el 14 de abril de 1910 y lo dibujó en mayo, cuando el cometa era visible a simple vista. Su boceto, impreso en el cuadernillo, contenía detalles que indicaban que había utilizado un telescopio pequeño.
Ricalde se graduó como contador y se hizo conocido por su habilidad con los números. Fue reclutado como perito contable para investigar un caso de malversación de fondos en la Tesorería General del Estado.
Fue elegido para dirigir la Escuela de Ingeniería y años después se convirtió en un miembro esencial de la Comisión Especial para informar sobre las operaciones registradas en los libros contables de la Comisión Reguladora del Mercado de Henequén.
Murió el 9 de noviembre de 1942 por complicaciones derivadas de una infección de garganta y se publicó un homenaje en el Diario de Yucatán:
“Graciano Ricalde nació para ser un matemático con vocación por la actividad mental abstracta. Estudió de joven y alcanzó la cima del cálculo aritmético... Pero no se quedó ahí, siguió dedicándose al cultivo de su mente y alcanzó la profesión docente con los títulos de profesor para transmitir conocimientos matemáticos y astronómicos…”, menciona la publicación.
Hoy en día un refugio temporal en el estado de Yucatán en la comunidad de Cenotillo lleva su nombre, al igual que un fraccionamiento y un parque. El hotel que fue su casa lleva una placa en su honor que recuerda sus logros.