Los chilaquiles son sin duda el desayuno mexicano por antonomasia. Se consumen en todo el país y hay varias deliciosas variantes: desde los verdes hasta los rojos y los que se acompañan de carne, pollo, huevo y otras proteínas.
Y es que la gastronomía mexicana está considerada como patrimonio de la humanidad por parte de la UNESCO, y por ello, se intenta replicar en todo el mundo. Sin embargo, las sabores tradicionales sólo se pueden probar en nuestro país.
Taste Atlas, la enciclopedia culinaria que reúne opiniones de expertos de todo el mundo, describe así a los icónicos chilaquiles:
“Los chilaquiles son, en su forma más básica, un conjunto de trozos de tortilla fritos bañados en salsa de chile con carne y verduras opcionales. El plato es popular tanto en México como en Estados Unidos como una excelente manera de aprovechar las tortillas sobrantes. El nombre del plato se deriva de chil-a-quilitl, que significa verduras o hierbas en un caldo de chile”.
Y añade: “Hoy en día existe una gran cantidad de variaciones regionales del platillo, por lo que en Sinaloa se prepara con salsa blanca, y en la Ciudad de México, el platillo tradicionalmente se cubre con ramitas de epazote”.
También, Taste Atlas recomienda el mejor lugar para comer chilaquiles en la Ciudad de México, ubicado en la alcaldía Cuauhtémoc. Se trata del restaurante “El Cardenal”. Aquí te dejamos la dirección exacta del lugar: C. de la Palma 23, Centro Histórico de la Cdad. de México, Centro, Cuauhtémoc, 06000 Ciudad de México, CDMX.
Los tipos de chilaquiles mexicanos más ricos
Los chilaquiles son un plato tradicional de la cocina mexicana que se elaboran a partir de tortillas de maíz cortadas en triángulos y bañadas en salsa, a menudo acompañadas de ingredientes variados. Existen múltiples variantes de chilaquiles, y a continuación se presentan algunos de los tipos más comunes y populares.
Chilaquiles Rojos
Los chilaquiles rojos son probablemente los más conocidos. Se preparan con una salsa elaborada a base de jitomates, chiles guajillo, chiles de árbol, ajo y cebolla. La salsa se cocina hasta adquirir una consistencia espesa y se vierte sobre las tortillas fritas. Este tipo de chilaquiles suele acompañarse con crema, queso fresco, cebolla y cilantro. Es común agregarle pollo desmenuzado o carne de res para un platillo más sustancioso.
Chilaquiles Verdes
Los chilaquiles verdes se preparan con una salsa de tomate verde (tomatillo), chiles serranos o jalapeños, ajo, cebolla y cilantro. La salsa tiene un sabor más ácido y fresco en comparación con la roja. Al igual que los chilaquiles rojos, se acostumbran acompañar con crema, queso, cebolla y en ocasiones, carne o huevo frito. Son muy populares en el desayuno y se sirven frecuentemente con frijoles refritos.
Chilaquiles Rancheros
Esta variante se distingue por el uso de una salsa que combina tanto jitomate como tomates verdes, otorgándole un sabor único. Además, pueden incluir ingredientes adicionales como frijoles, huevos estrellados o chorizo. Los chilaquiles rancheros tienen un perfil de sabor más rico y complejo, adecuado para quienes buscan una combinación de sabores.
Chilaquiles con Mole
Otra variante muy apreciada es la de chilaquiles con mole. Se bañan las tortillas en mole, que es una salsa espesa y rica en sabores hechos a base de distintos chiles, especias, frutos secos y chocolate. Esta combinación resulta en un platillo más robusto y ligeramente dulce, ideal para una comida más sustanciosa.
Chilaquiles con Salsa de Pipián
En algunas regiones, especialmente en el centro de México, se pueden encontrar chilaquiles preparados con salsa de pipián, hecha a base de semillas de calabaza, chiles y especias. Esta variante ofrece un sabor terroso y profundo, distinto a las preparaciones tradicionales.
Los chilaquiles son un platillo versátil y adaptable que permite una amplia variedad de ingredientes y complementos, siendo una representación perfecta de la riqueza culinaria de México.