Hay muchas cosas propias de México, una de ellas son los apodos que se dan entre las personas, pues es poco común que los amigos se comuniquen por su nombre, normalmente lo hacen con sobrenombres cariñosos, ejemplo de ello lo vivió una joven extranjera quien se emocionó al saber que le habían puesto un apodo.
Los apodos suelen ser denominaciones de carácter descriptivo basadas en algún rasgo o condición de la persona a la que nombran, aunque en muchos de los casos también suelen darse por alguna anécdota graciosa.
Este es el apodo que le dieron a una joven extranjera
La joven compartió por medio de su cuenta de TikTok que las personas siempre la llaman güera, apodo que calificó como aburrido, por lo que dijo que quería un apodo “chido”.
Durante un viaje que la joven hizo a Mérida, Yucatán, mencionó que iba hablando constantemente del platillo mexicano conocido como cochinita pibil, ya que mencionó que es su comida favorita
Por lo anterior, la extranjera destacó que el apodo que le pusieron en aquella ocasión fue el de “Pibil”.
“Yo estaba fascinada con la cochinita y durante todo el viaje estaba hablando de la cochinita pibil. Bueno, el chiste es que en Mérida se me puso el apodo Pibil”.
Con una enorme sonrisa en el rostro, la joven extranjera le pidió a sus seguidores que ya no se refieran a ella como güera, pues ahora prefiere que la llamen pibil.
“En Mérida mi suegro y mi tía me estaban gritando en la calle: vente pibil y todos me volteaban a ver”.
La importancia de los apodos en México
En México, los apodos son mucho más que simples sobrenombres: son un fenómeno cultural que refleja identidad y dinámica social. No solo simplifican nombres, sino que redefinen individuos, destacando rasgos o anécdotas que construyen una identidad aparte.
Su uso implica cercanía y confianza, impensable usarlos sin un vínculo previo. Reflejan también jerarquía social: otorgados por figuras de autoridad, usarlos implica reconocer esa jerarquía. Algunos apodos, incluso, se heredan, contando historias familiares y manteniendo viva la memoria colectiva. El humor y la ironía también están presentes, sirviendo como herramienta de burla, pero también de complicidad.
En resumen, los apodos en México revelan la complejidad de las relaciones interpersonales, trascendiendo lo lingüístico.