Durante décadas, el estado de Baja California ha sido un territorio en disputa entre distintos grupos criminales por su importancia para las actividades relacionadas con el tráfico de drogas, armas y personas.
Actualmente, las organizaciones que protagonizan esta pugna son células enemistadas del Cártel de Sinaloa. Por un lado están Los Chapitos, quienes defienden los intereses de los hijos de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, y por el otro están Los Rusos, un brazo armado que opera para el recién capturado Ismael ‘El Mayo’ Zambada.
Las confrontaciones que involucran al Cártel de Sinaloa en Baja California, específicamente en Tijuana, se remontan por lo menos a finales del siglo XX.
En esa época, ‘El Mayo’ y ‘El Chapo’ trataron de apoderarse de la plaza que anteriormente era dominada por el Cártel de los Arellano Félix. Los plantes de los sinaloenses generaron una ruptura que estuvo a punto de cobrar la vida del menor de los hijos de Zambada.
Mientras la familia de Serafín Zambada Ortiz, alias ‘El Sera’ o ‘Flaco’, celebraba el segundo cumpleaños del muchacho en Culiacán, Sinaloa, estalló un coche bomba al exterior de la fiesta.
En 1999, Serafín y su madre, Leticia Ortiz Hernández, sobrevivieron a un ataque armado que un grupo de sicarios perpetró en el hotel de Mazatlán en el que se hospedaban. En ese episodio fueron asesinados los padres y hermanos de Leticia.
La violencia a la que estuvo expuesto ‘El Sera’ fue narrada en una serie de cartas enviadas por él y su madre a un tribunal federal en San Diego, California, antes de que fuera sentenciado en 2018 por el juez Dana M. Sabraw a cinco años y medio de cárcel.
“Viví en una jaula de oro con lujos inútiles [...]Desde 1992 hasta el año 2000, los días fueron difíciles y sangrientos, y [hubo] una guerra estúpida y sin sentido donde muchas familias fueron destruidas”, expresó Serafín en uno de sus escritos, retomados por Univisión.
Durante la infancia de Serafín, Leticia Ortiz trató de protegerlo de cualquier posible acto de violencia que los exsocios de ‘El Mayo’ pudieran perpetrar en su contra. Ella, en una carta, reconoció haberse enterado de que en Tijuana varios adolescentes habían sido asesinados únicamente por estar en el mismo equipo de fútbol en el que jugaba otro de los vástagos de Zambada.
En este sentido, Serafín narró al juez que tuvo que abandonar dicho deporte, así como los estudios, debido a las constantes amenazas contra él y su familia. Durante dos años, Leticia y Serafín vivieron tranquilos en Phoenix, Arizona, pero tuvieron que regresar a México cuando a ella se le venció su Visa. En Culiacán, ‘El Sera’ estudió Agronomía en la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), pero su involucramiento con los negocios de ‘El Mayo’ lo orilló a abandonar la licenciatura.
Serafín Zambada fue detenido en Nogales, Arizona, en noviembre de 2013, cuando intentaba cruzar hacia EEUU. Un año después se declaró culpable en una Corte Federal y en 2018 le dictaron una sentencia de 66 meses de cárcel. Los registros oficiales señalan que abandonó la prisión en septiembre de ese mismo año.