De la zona del mediterráneo es originario el que probablemente es uno de los alimentos más saludables que existen en el mundo, ingrediente principal de una una dieta que lleva el mismo nombre que esta zona y que es consumida en los lugares del mundo con mayor longevidad.
Nos referimos al aceite de oliva, el cual posee un valor nutricional tan elevado que incluso puede ser comparado con metales preciosos de gran valor, por lo que podríamos referirnos a él como el oro mediterráneo.
En este sentido, el aceite de oliva es un líquido oleoso obtenido mediante la presión de las aceitunas, el fruto del olivo (Olea europaea). Se trata de un ingrediente fundamental en la dieta mediterránea y se utiliza ampliamente en la cocina, así como en productos cosméticos y medicinales.
Existen diferentes tipos de aceite de oliva, entre los que destacan los siguientes:
- Aceite de oliva virgen extra: Es el de mayor calidad, con un contenido de acidez inferior al 0.8% y obtenido únicamente mediante procedimientos mecánicos, sin uso de químicos.
- Aceite de oliva virgen: También extraído por métodos mecánicos, pero con una acidez ligeramente superior, de hasta el 2%.
- Aceite de oliva: Una mezcla de aceites de oliva refinados (químicamente tratados) con aceites vírgenes, resultando en un producto con una acidez menor al 1%.
- Aceite de orujo de oliva: Producido a partir del orujo, el subproducto de la extracción inicial. Requiere un procesamiento adicional y generalmente se mezcla con aceite de oliva virgen.
Cuáles son los beneficios para la salud del aceite de oliva
El aceite de oliva, especialmente en su versión virgen extra, es reconocido por numerosos beneficios para la salud, apoyados por investigaciones científicas, especialmente aquellos relacionados con la salud del corazón, tales como ayuda a reducir el colesterol y dejar limpias de esta grasa dañina a las arterias. Además de éste, a continuación, se detallan algunos de sus beneficios más destacados:
- Mejora la salud cardiovascular: El aceite de oliva es rico en ácidos grasos monoinsaturados, principalmente ácido oleico, que ayuda a reducir los niveles de colesterol LDL (malo) y puede aumentar los niveles de colesterol HDL (bueno). Esto contribuye a la prevención de enfermedades cardiovasculares.
- Aporta propiedades antioxidantes: Contiene compuestos antioxidantes como polifenoles y vitamina E, que protegen las células del daño oxidativo, retrasando el proceso de envejecimiento y reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas.
- Posee propiedades antiinflamatorias: El oleocanthal, presente en el aceite de oliva virgen extra, tiene propiedades antiinflamatorias comparables a las del ibuprofeno. Esto puede ayudar a reducir la inflamación crónica, asociada con enfermedades como la artritis y algunas cardiopatías.
- Ayuda al control de la diabetes: Algunos estudios indican que el consumo de aceite de oliva puede mejorar la sensibilidad a la insulina y ayudar a controlar los niveles de glucosa en sangre, beneficiando a quienes padecen diabetes tipo 2.
- Mejora la salud digestiva: Facilita la digestión al promover la producción de bilis y mejorar el tránsito intestinal. Puede ayudar a prevenir problemas digestivos como el estreñimiento y mejorar la absorción de nutrientes.
- Ayuda a prevenir el cáncer: Los antioxidantes y otros compuestos bioactivos en el aceite de oliva pueden tener propiedades anticancerígenas. Se ha observado que puede inhibir el crecimiento de células cancerosas y reducir la incidencia de ciertos tipos de cáncer, aunque se necesita más investigación en este campo.
- Brinda beneficios para la piel: La vitamina E y los antioxidantes presentes en el aceite de oliva nutren y protegen la piel, ayudando a mantenerla hidratada y retrasando la aparición de arrugas.
En resumen, el aceite de oliva no solo es un aliado en la cocina por su sabor y versatilidad, sino también un componente clave en una dieta saludable, contribuyendo al bienestar general y la prevención de diversas enfermedades.