El 2023 para la zona poniente de la Ciudad de México, en el tema sísmico, fue algo que causó inquietud y preocupación en la ciudadanía, sobre todo para aquellos que habitan en la zona de Barranca del Muerto, Mixcoac y zonas aledañas.

No obstante, en aquel momento, las autoridades del gobierno capitalino no tuvieron ni supieron el motivo de dichos movimientos telúricos. Por tal razón, un grupos de especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ya identificó las razones de lo acontecido.

Los científicos de la UNAM atribuyeron a dos “sismos lentos” de magnitud 4 como la causa de los microsismos que afectaron el poniente capitalino vinculados a la extracción de agua en la zona, así lo explicaron a la agencia EFE.

Los mencionados movimientos generaron daños materiales en diversas construcciones, así como miedo en la ciudadanía, en parte, por las experiencias previas. Desde mayo del año pasado, los científicos determinaron que una de las causas más fehacientes que originaron los microsismos fue el el “fracking” o fracturación hidráulica relacionado con la extracción de agua para abastecer a la ciudad, proceso que también propaga fluidos en el subsuelo.

Indicaron que una secuencia sísmica en dicho lugar duró alrededor de un año, a diferencia de los grandes terremotos que golpean la capital que ocurren a cientos de kilómetros; los llamados microsismos tienen su punto de ruptura bajo el área urbana y a pocos cientos de metros de la superficie.

Fue mediante imágenes satelitales que descubrieron un hundimiento localizado y extendido, específicamente en la colonia San José de la zona afectada, algo que con los terremotos no ocurre debido a que ocurren a cientos de kilómetros. Otra situación que causó curiosidad en la investigación fue que el epicentro no era en el centro de la deformación sino a un costado, razón por la cual el equipo de trabajo determinó que lo que ahí ocurría eran “sismos lentos”.

Se refiere a deslizamientos en fallas geológicas imperceptibles cuya duración puede ser días, semanas e incluso meses, algo que los expertos de la UNAM detectaron semanas antes del mes crítico -mayo 2023- lejos de la deformación y del centro del origen.

Dicha deformación observada se debió a un deslizamiento lento en la falla de Barranca del Muerto ocurrido antes del microsismo principal; posteriormente se detectó otro en la falla de Mixcoac de magnitud 3.2 igual que el anterior, fenómenos que ocurrieron en las dos fallas de las cuales se tenía conocimiento previo, ambas con asentamientos urbanos de consideración.

Por ultimo, los investigadores descartaron que ocurran sismos superiores a 4.5 de magnitud y en caso de que suceda, será algo que los capitalinos aún no experimentan.