Hace cinco siglos Hernán Cortés planeó cómo asesinar al último tlatoani independiente de Tenochtitlán, Cuauhtémoc, el “Águila que ataca”, y también a su primo Tetlepanquetzal, el señor de Tacuba, pero debía encontrar una justificación válida ante el rey Carlos I de España. Finalmente la ejecución se llevó a cabo la última semana de febrero de 1525, explicó el historiador Eduardo Matos Moctezuma.
Este trascendental episodio de la historia se analiza en El Colegio Nacional a través del ciclo de conferencias “Cuauhtémoc: a 500 años de su muerte”, inaugurado por Eduardo Matos Moctezuma, investigador emérito del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Durante su ponencia, Matos Moctezuma explicó el contexto histórico de la ejecución de Cuauhtémoc, uno de los personajes determinantes para conseguir la conquista y dar lugar a la Nueva España.
El tlatoani había decidido rendirse ante Cortés para evitar más sufrimiento para el pueblo tenochca, sin embargo, el español temía que los aires de rebelión impulsaran el fuego de una nueva guerra.
Cortés, con el objetivo de evitar sublevaciones en Tenochtitlan, decidió llevarse a Cuauhtémoc y a otros tlatoanis mexicas en su expedición a Las Hibueras, hoy conocido como Honduras. Durante el camino de regreso, en Tabasco, Cortés fue alertado de una supuesta conspiración para asesinarlo, liderada por el propio tlatoani.
Cuauhtémoc fue ejecutado por Hernán Cortés en Tabasco
La ejecución de Cuauhtémoc, llevada a cabo el 25 o 28 de febrero de 1525, fue criticada por contemporáneos de Cortés, como Bernal Díaz del Castillo en su obra “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España”.
Según Díaz del Castillo, “existían pocas, si no es que nulas pruebas, de la citada conjura”. Esta ejecución se utilizó como justificación ante el rey Carlos I de España, mencionó Matos Moctezuma, quien cita las Cartas de Relación de Cortés al monarca.
Matos Moctezuma también apuntó que el conquistador sacó de Tenochtitlán a sus líderes indígenas y por ello la posibilidad de que “una vez lejos de su tierra, lo mejor fuera deshacerse de ellos”.
Cuauhtémoc, según Díaz del Castillo, al momento de su ejecución increpó a Cortés:
“¡Oh, Malinche (como nombraba a Cortés), días hacía que yo tenía entendido que esta muerte me habías de dar y había conocido tus falsas palabras, porque me matas sin justicia! Dios te las demande”
El investigador del Proyecto Templo Mayor (PTM) mostró láminas de los códices Vaticano A y la Tira de Tepechpan, donde se representa la ejecución.
En ambas imágenes se ve a Cuauhtémoc y Tetlepanquetzal colgados de un árbol. Tras la muerte de Cuauhtémoc, se supone que sus restos debían ser cremados y depositados en el Cuauhxicalco, un edificio circular que actualmente explora el Proyecto Templo Mayor (PTM), indicó Matos Moctezuma.
Sin embargo, el destino de los restos de Cuauhtémoc es incierto. En 1949, se divulgó que estos habrían sido hallados en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en Ichcateopan (Ixcateopan), Guerrero.
En 1976, la Comisión para la Revisión y Nuevos Estudios de los Hallazgos de Ichcateopan desmintió esta afirmación. Entre sus argumentos se encontró que la actual iglesia de Santa María de la Asunción comenzó a construirse en 1550, y no en 1529, como se afirmaba inicialmente, además de que los documentos que sustentaban el hallazgo eran apócrifos.
El ciclo de charlas continuará el 30 de julio de 2024 a las 18:00 horas, con la conferencia “Cuauhtémoc, linaje y legitimidad”, a cargo de María Castañeda de la Paz, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Esta serie de conferencias busca recordar y analizar los eventos históricos alrededor de la figura de Cuauhtémoc, a 500 años de su muerte.