Es 2024 la Inteligencia Artificial puede producir en segundos resultados artísticos, editoriales y de investigación que antes requerían horas de una o varias personas; la tecnología más avanzada está disponible en cualquier centro comercial y un scroll infinito abre la puerta en cualquier a entretenimiento a la medida. ¿Vivimos en el futuro? Las mujeres no.
Y es que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, de los 195 países reconocidos en este año, sólo 51 han legalizado el aborto a solicitud de la persona gestante, sin razones médicas o antecedentes de abuso sexual para “justificar” la decisión. Si agregamos las variables de violación o malformaciones del feto, la cuenta sube hasta 68 y 76, respectivamente. La realidad entonces es un abrumador control sobre el cuerpo, especialmente en el continente africano y asiático, aunque no solo porque basta voltear al vecino Estados Unidos para ver en cuánto riesgo de retroceso se encuentra esta lucha del feminismo a nivel global.
Vamos a hacer zoom in porque podríamos pensar que son otras culturas y no nos afectan. Aquí, en nuestro México, apenas van catorce estados donde la Constitución local ha sido ajustada para garantizar la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación al respecto en 2021: es inconstitucional criminalizar el aborto antes de la semana 12 de gestación.
La semana pasada, Puebla se convirtió en esa entidad número catorce ya no digamos de vanguardia sino respetuosa de la jurisprudencia nacional. ¿Para cuándo todas las demás? ¿Cuántas mujeres más deben morir por practicarlo en instalaciones clandestinas? Urge cambiar la conversación para evitar un falso debate; no es un asunto ético, religioso o ideológico sino un problema de salud pública en el cual es insuficiente el activismo de la sociedad civil.
Se acerca el cambio en la Presidencia de la República. Yo tengo mucha esperanza en que la primera mujer en ocupar la silla, Claudia Sheinbaum, impulsará con fuerza y claridad este derecho garantizado por primera vez ea nivel nacional en la Ciudad de México en 2007; desde las colectivas estaremos atentas.
Cierro con el reto tras la despenalización: hacerlo accesible para todas las personas gestantes que lo necesiten. Esto implica capacitación al personal médico, información en las comunidades más aisladas y vulnerables y, desde luego, infraestructura apropiada para realizar este procedimiento de manera segura, respetuosa y transparente.
Abortemos los prejuicios y pongamos manos a la obra.
* La autora fundó y preside Ola Violeta A.C. Es Doctoranda en Historia del Pensamiento por la UP, Maestra en Desarrollo Humano por la Ibero y egresada del Programa de Liderazgo de Mujeres en la Universidad de Oxford, Inglaterra.
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@maleesparzaguevara