Empresarios que tienen sus negocios en la playa de Pichilingue, ubicada en la capital de Baja California Sur, han cercado el acceso a una playa, impidiendo que las personas puedan caminar por este sitio cuando la marea sube, exhibieron usuarios en redes sociales y la prensa local.
En un video publicado en la cuenta en la red social X Los Supercívicos se puede apreciar como un restaurante llamado A Plein Soleil cercó con malla para gallineros la parte de la playa donde se encuentran sus camastros, impidiendo que la gente pueda pasar a través de ésta, principalmente cuando la marea sube.
En el video, un hombre señala que las playas, al ser públicas, deberían permitir el acceso, señalando que la acción de cercar la zona es “muy gandalla”.
“La ley es muy clara, y la ley te dice que después de la última rompiente, 20 metros para allá (o sea en dirección contraria al mar) básicamente eso es propiedad federal, no es de nadie, es de todos” señala el hombre.
La rompiente es la zona de una playa donde las olas del mar rompen al alcanzar la orilla. Esta área se caracteriza por la turbulencia y el movimiento intenso del agua, causado por la disminución de la profundidad. Las rompientes pueden variar en intensidad y tamaño dependiendo de factores como la forma del fondo marino, la dirección y fuerza del viento, y el oleaje.
Por su parte, el medio local El Independiente señala que esta situación está desde hace meses; este club de playa instaló de forma semifija una techumbre rústica, así como sombrillas y camastros. Además, delimito la zona colocando una barrera de piedras y un barandal de madera. Debido a esto, para caminar paralelo a la playa hay dos opciones. ingresar al mar o rodear por atrás de todo el terreno que este negocio ocupa.
A nivel federal, la Ley General de Bienes Nacionales señala en su artículo 8 que el acceso a todas las playas marítimas del país, y a la zona federal marítimo terrestre no debe ser inhibido, restringido, obstaculizado ni condicionado, salvo excepciones muy particulares. Las multas por obstruir el libre paso en las cosas se puede castigar con multas económicas que van de los 260 mil 640 hasta un millón 42 mil 560 pesos. Si existe alguien que reincida en prohibir el acceso a las playas mexicanas se le quitará el permiso o concesión.
Al tiempo, el artículo 45 BIS de la Ley de Desarrollo Urbano de Baja California Sur señala que está prohibido impedir el libre tránsito y el acceso a la Zona Federal Marítima, terrenos ganados al mar, playas o cualquier depósito de aguas marinas.
Si un particular desea hacer uso de estas zonas para su aprovechamiento, requiere tramitar una concesión, autorización o permiso, los cuales otorga la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).