Por qué la 4T está apostando tanto por los trenes de pasajeros

Al inicio de su gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador se propuso construir el Tren Maya y unir a través de mil quinientos kilómetros de vías unir a los cinco estados del sureste de México, y en la recta final de su mandato, anunció un plan para revivir en todo el país los trenes de pasajeros, por lo que convocó a empresas privadas a presentar proyectos para retomar las antiguas rutas.

Después de poner en marcha el Tren Maya, el Tren Interoceánico y avanzar con el Tren México-Toluca, López Obrador consideró oportuno revivir las tradicionales rutas desde la Ciudad de México a distintas ciudades del Bajío, Occidente y la frontera norte, argumentando que los gobiernos neoliberales entregaron la industria ferroviaria a empresas extranjeras.

“Consiste en utilizar 18 mil kilómetros de vías férreas que se entregaron, se privatizaron durante el gobierno de (Ernesto) Zedillo para el ferrocarril de carga. Antes esas vías férreas se usaban para el ferrocarril de pasajeros o de manera mixta, pero desaparecieron los trenes de pasajeros en el periodo neoliberal, eso no debe olvidarse, porque quisieron acabar con 150 años de historia”, subrayó en conferencia mañanera del 28 de febrero en Palenque, Chiapas.

El presidente López Obrador incluyó en su paquete de 20 reformas constitucionales la iniciativa para que el Estado mexicano retome el derecho de emplear las vías ferroviarias de la nación y devolver el impulso al servicio de trenes de pasajeros para atender las crecientes necesidades de la población en materia de movilidad.

“Lo que se pretende es continuar, restableciendo el sistema de los trenes de pasajeros y una iniciativa de reforma es que se utilicen las actuales vías que comprenden 18 mil kilómetros para comunicar de nuevo a todo el país con trenes de pasajeros”, argumentó el presidente.

Hace una semana, Claudia Sheinbaum anunció que durante su administración se dará continuidad para poner en marcha las rutas de trenes de pasajeros en todo el país, como propuso López Obrador.

La rutas que verán su renacimiento son la ssiguientes: México-Querétaro-León-Aguascalientes; Manzanillo-Colima-Guadalajara-Irapuato; México-Querétaro-Guadalajara-Tepic-Mazatlán-Nogales; Aguascalientes-Chihuahua-Ciudad Juárez y Querétaro-San Luis Potosí-Monterrey-Nuevo Laredo.

De acuerdo con la 4T, el servicio de pasajeros se detuvo hace 30 años para priorizar el transporte de carga, hoy el Estado mexicano retoma el derecho de utilizar las vías ferroviarias en beneficio del pueblo.

Los años de esplendor para el transporte de personas a través de trenes de pasajeros en México se situaron principalmente a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Durante este período, el sistema ferroviario experimentó un significativo desarrollo y expansión.

La época del Porfiriato, bajo la presidencia de Porfirio Díaz (1876-1911), fue crucial para la construcción y consolidación de las principales líneas ferroviarias del país, facilitando el transporte de personas y mercancías a lo largo del territorio nacional.

Con el paso de los años, la competencia principal de los trenes de pasajeros en México llegó a través de los autobuses y el transporte en automóvil privado, esto gracias al crecimiento de redes carreteras.

Con el paso del tiempo, las personas tenían cada vez más opciones de viajar en autobuses, que además de ofrecer rutas y horarios flexibles, también tenían la ventaja de llegar a lugares no servidos por el ferrocarril.

Otra alternativa fue el aumento de los automóviles particulares, que proporcionaban mayor comodidad y autonomía para viajar.

Estos modos de transporte competían con el sistema ferroviario, que, aunque extenso y eficiente en su época de esplendor, fue perdiendo terreno debido a la flexibilidad y conveniencia de las opciones rodadas.

Para el final del siglo XX, la expansión de las aerolíneas comerciales ofreció una alternativa rápida y conveniente para los viajes de larga distancia, reduciendo considerablemente el tiempo de traslado comparado con los trenes.

Este desarrollo atrajo a muchos pasajeros que anteriormente utilizaban el transporte ferroviario, especialmente en rutas interurbanas extensas. La comodidad y el ahorro de tiempo proporcionado por los vuelos comerciales provocaron una disminución en la demanda de viajes en tren, afectando la rentabilidad y viabilidad del sistema ferroviario de pasajeros.