La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) informó este martes de la muerte de dos de las ocho crías de monos aulladores (o monos saraguatos) que fueron trasladadas el pasado mes de junio de Tabasco al Centro para la Conservación e Investigación de la Vida Silvestre (CIVS), ubicado en el Estado de México, pese a que expertos advirtieron que hacer eso podía ser contraproducente para la salud de los ejemplares, que padecieron fuertes golpes de calor durante las olas que se presentaron a principio de año.
A través de un comunicado la dependencia señaló que, pese a que se logró “estabilizar” a seis de las ocho crías, dos fallecieron debido a “complicaciones metabólicas por su temprana edad”. Indicó además que, de los nueve ejemplares, ocho se encontraban “en estado de nutrición desfavorable y uno favorable”, al momento de que fueron entregados a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA).
Cabe resaltar que estas crías en un principio fueron rescatadas y rehabilitadas por la organización Conservación de la Biodiversidad del Usumacinta A.C.(COBIUS), quienes cuentan con una Acta de Requerimiento, con el registro No. 005/2024, firmada por la misma PROFEPA donde, al momento de que se les retiró la custodia de los monitos, constataron que los ejemplares se entregaban estables y en buen estado de salud.
Expertos advirtieron que trasladarlos a un clima diferente podía ser peligroso
El doctor Gilberto Pozo Montuy, director de Investigación Científica y Vinculación Académica de COBIUS, a través de un video publicado en la red social del periodista medioambiental Ernesto Méndez, dijo que le causa consternación y dolor que la autoridad no asuma su responsabilidad en la muerte de estos primates.
“Nosotros le informamos, le escribimos correo a la directora de la Vida Silvestre, le enviamos cartas acerca de los riesgos de esos movimientos de esos animales, en especial las crías, y de llevárselos fuera de su distribución natural. Entonces, esa es una consecuencia, no es porque de que iban mal, nosotros tenemos un acta firmada por PROFEPA en donde estaban en buen estado de salud”
Señaló que también cuentan con grabaciones para constatar el buen estado en el que fueron entregadas las crías, además de informar que entre este grupo de monitos iban algunos de meses de nacidos, los cuales, además de requerir una atención las 24 horas del día, necesitaban una idea especial ya que no sólo se alimentan de leche, sino que ya podían consumir algunas hojas de árboles tropicales.
Insistió en que SEMARNAT debe dejar de echar culpas y debe asumir la responsabilidad de su mala decisión de llevarlos a un lugar como el Estado de México, cuyo clima y altitud es absolutamente diferente al de Tabasco, de donde son originarios estos primates.
“Nosotros se los dijimos de forma personal al veterinario encargado del traslado que iba a ser bajo su responsabilidad por su incompetencia, por su mala decisión y por no querer colaborar localmente. Es triste ver como la autoridad, aparte de desacreditar a una organización tan pequeña, no asuma lo que hoy provocaron.”
El primatólogo, con más de 20 años de experiencia, pidió encarecidamente regresar a las crías a su hábitat para que se recuperen. “Regresen a esas crías a su área de distribución, vengan a trabajar acá a Tabasco con ellas, no es necesario que trabajen con nosotros si no quieren, pero pueden poner algo acá en Tabasco de manera inmediata.
El pasado 29 de junio, tres inspectores de la PROFEPA acudieron junto a miembros de la fuerza pública a la Unidad de Atención Médica de Cunduacán, Tabasco, para llevarse a las nueve crías huérfanas de mono saraguato. El traslado al CIVS de Los Reyes La Paz en el Estado de México, quedó a cargo de Rubén Murillo Ruiz, subdirector de Sanidad de la Dirección General de Vida Silvestre de la SEMARNAT.
Al tiempo, la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México, A.C., en su cuenta en X, exigió a la dependencia federal que, además de cesar el hostigamiento y las represalias contra COBIUS y contra otras organizaciones, las UMAs y otras instituciones veterinarias, debe rectificar la decisión de llevarse a las crías, “prácticamente por la fuerza” a un lugar que no cuenta con las condiciones para la recuperación de las crías.