Dos mujeres rusas, de nombres Kate Kiseleva y Anastasia, compartieron su asombro al visitar una de las panaderías más famosas del Centro Histórico de la Ciudad de México, esto luego de descubrir la gran variedad de alimentos que se preparan para todos los gustos.
Al comienzo del video ambas mujeres visualizaron la panadería desde el exterior, por lo que la primera cosa que llamó su atención fueron las características cajas blancas con azul que utilizan en el lugar para empacar los productos que venden.
Desde el momento en el que entraron a la panadería, Anastasia mostró su sorpresa ante la variedad de gelatinas, galletas y pasteles que también se venden en dicha sucursal, por lo que comenzaron a observar los sabores disponibles.
“A mí me encanta la gelatina y nunca había visto tantas ni de tantos sabores”, comentó Anastasia.
Luego de observar las gelatinas ambas mujeres se dirigieron al área de pastelería, sitio en el que no pudieron contener su asombro ante el tamaño de los mismos. Además, otra de las cosas que más llamó su atención fueron los bocadillos, sobre todo los pambazos y las hojaldras.
“Amigos de verdad que es un mundo de dulces donde nosotros vamos a perdernos hoy (...) Yo estoy impresionada”, comentó una de las chicas rusas.
Luego de recorrer los pasillos en los que se encontraban los pasteles y las gelatinas, ambas mujeres se adentraron al área en la que se encontraban los panes para escoger los más típicos del país con el objetivo de que fueran disfrutados por Anastasia.
Al encontrarse con las barras de mantequilla, ambas mujeres comentaron que este tipo de pan era su preferido cuando eran niñas, por lo que no dudaron en comprar uno para cada una de ellas.
“Sí, amigos, es el desayuno típico de la URSS porque antes no teníamos diferentes panes de dulce, pasteles, diferentes tartas. Esto no tuvimos porque estábamos muy pobres (...) por eso por la mañana solo comimos solo pan, mantequilla y azúcar, y tenías suerte si tienes azúcar”, comentó el ruso Ilia Kiselev.
Entre los panes que más llamaron su atención se encontraron unos parecidos a los yoyos o besos, los cuales contienen crema pastelera dentro y son espolvoreados con azúcar glass.
Además de estos, las rusas decidieron comprar conchas de chocolate y vainilla, garibaldi, un tipo de brownie, una galleta con almendras, entre otros.
Respecto al último pan, Ilia Kiselev señaló que era uno de los más vendidos en Rusia durante su infancia: “Este era súper típico en los años 95-97 y todavía siguen vendiendo estas cosas, pero en vez de almendras eran nueces”.
Durante su recorrido también señalaron que algunos otros de los panes eran muy parecidos a los que comían en Rusia cuando eran pequeños; sin embargo, algunos de ellos ya no se comercializan en el país, por lo que se asombraron al poder encontrarlos en México para recordar aquellos años.
Luego de sus compras, los rusos probaron los panes que compraron, y entre sus preferidos se encontraron las donas de cajeta, el garibaldi y el tipo brownie.
“Me encanta muchísimo que todos los panes que estamos probando son súper frescos, porque cuando estás comiendo un pan que acaban de preparar se nota muchísimo”, comentó una de las mujeres.
Finalmente, los tres rusos coincidieron en que los panes mexicanos que compraron fueron deliciosos y les encantaron debido a su suavidad: “Son increíbles”, comentó el joven Ilia.