A pesar de que una sola de taza de kale puede llegar a cubrir el requerimiento total de algunos nutrientes, lo que refleja su increíble poder nutricional, se trata de un vegetal poco consumido debido a que muchas personas desconocen su existencia y sus beneficios.
Sin embargo, el kale, también conocido como col rizada, es una verdura de hoja verde ampliamente valorada por los especialistas en nutrición, quienes recomiendan ampliamente su consumo regular.
Y es que el kale pertenece a la misma familia que incluye al brócoli, la col y las coles de Bruselas y es originario de Europa y Asia, aunque hoy en día se cultiva y consume en diversas partes del mundo pues existen algunos países donde su consumo sí es popular.
El kale se caracteriza por sus hojas rizadas y de color verde intenso, aunque también existen variedades con hojas lisas y tonos morados y es una excelente fuente de vitaminas, incluyendo la vitamina K, vitamina A y vitamina C. También contiene minerales importantes como el calcio, potasio y magnesio.
Además de sus beneficios nutricionales, el kale es bajo en calorías y alto en fibra, lo que lo convierte en un aliado ideal para una dieta equilibrada y saludable. Sus hojas se pueden consumir crudas en ensaladas, cocidas en sopas, guisos y salteados, o incluso en forma de chips deshidratados.
Cuáles son los beneficios de consumir kale
Como mencionamos antes, el kale es un vegetal de hoja verde en México aún sigue siendo poco conocido pero que ha ganado popularidad en otras partes del mundo debido a sus increíbles beneficios, entre los que se encuentran los siguientes:
Promueve una mejor circulación: El kale es rico en vitamina K, vital para la coagulación sanguínea y la salud ósea. Una sola taza de kale proporciona más del 100% del valor diario recomendado de esta vitamina.
Ayuda a mejorar la visión: Contiene cantidades significativas de vitamina A, que es crucial para la visión, la función inmunológica y la salud de la piel. La vitamina C también está presente en el kale, contribuyendo a la reparación de tejidos y a la prevención de enfermedades, gracias a sus propiedades antioxidantes.
Es rico en vegetales: Este vegetal es una excelente fuente de minerales como el calcio, potasio y magnesio.
Ayuda a prevenir la osteoporosis: El calcio es esencial para la salud ósea; el potasio ayuda a mantener la presión arterial bajo control; y el magnesio es crucial para numerosas funciones corporales, incluyendo la función muscular y nerviosa.
Mejora la digestión: El kale también es bajo en calorías y alto en fibra, lo que lo convierte en una opción ideal para quienes buscan controlar su peso y mejorar su digestión. La fibra presente en el kale contribuye a la sensación de saciedad y a la salud digestiva.
Es rica en antioxidantes: el kale contiene compuestos antioxidantes como quercetina y kaempferol, que poseen propiedades antiinflamatorias, antivirales y anticancerígenas según diversos estudios.
Aporta propiedades anticancerígenas: su elevado contenido de antioxidantes, entre los que también se encuentran los carotenoides y flavonoides lo vuelven un alimento que ayuda a prevenir el desarrollo de células cancerígenas pues las protege de la acción de los radicales libres.
Cómo incluir kale a tu dieta
Por si no estas familiarizado con este alimento pero te interesa incluirlo en tu alimentación, estas son algunas maneras en que puedes lograrlo.
- En ensaladas: Lava y corta las hojas de kale en tiras finas. Agrégalas a tus ensaladas junto a otros ingredientes como tomates, pepinos y aguacates. Para suavizar su textura, masajea las hojas con un poco de aceite de oliva y sal.
- Batidos verdes: Incorpora un puñado de kale en tus batidos matutinos junto con frutas como plátanos, manzanas o frutos rojos. Añade un líquido base como agua, leche de almendra o jugo de naranja.
- En sopas y guisos: Añade kale picado a tus sopas y guisos durante los últimos minutos de cocción. Se integra bien en sopas de lentejas, caldos y estofados.
- Chips de kale: Precalienta el horno a 180°C (350°). Lava y seca bien las hojas de kale, luego colócalas en una bandeja, rocíalas con aceite de oliva y sal. Hornea por unos 10-15 minutos hasta que estén crujientes.
Estas son solo algunas formas prácticas y deliciosas de incluir kale en tu dieta diaria, aprovechando sus múltiples beneficios para la salud.