Prepara esta receta de gelatina de nuez y cacahuate rica colágeno y vitaminas

Este postre también contiene grenetina, importante para la salud y apariencia de piel y uñas

Gelatina de nuez con cacahuate, un postre cremoso y nutritivo, ideal para disfrutar en cualquier ocasión (Imagen Ilustrativa Infobae)

Esta gelatina se convertirá en tu nuevo postre favorito, pues combina la cremosidad de la gelatina con el sabor distintivo de las nueces y el cacahuate; además, es una excelente opción para aquellos que buscan un postre diferente y nutritivo, lleno de texturas y sabores naturales.

El cacahuate es una legumbre rica en vitaminas del complejo B y vitamina E. Estas contribuyen a reducir el estrés y a mejorar la salud de la piel, ayudando a prevenir arrugas y líneas de expresión, según datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México.

Su alto contenido en ácido fólico puede ayudar a mujeres embarazadas, pues es esencial para la creación de nuevas células en el organismo y puede evitar malformaciones congénitas.

Además, la grenetina, ingrediente esencial para el postre, es una proteína beneficiosa para la elasticidad de la piel y la resistencia de las uñas, de acuerdo con el Instituto Politécnico Nacional.

Receta de la gelatina de nuez con cacachuate

La nuez es rica en grasas no saturadas. (Freepik)

La dificultad para hacer este postre es baja, rinde para ocho porciones de 894.4 kcal cada una. Si deseas bajar el contenido calórico puedes optar por productos lácteos light o bajos en grasa. Esta receta fue creada por Mariana Ortega y está publicada en la página Recetas Nestlé.

Ingredientes

  • 2 latas de leche evaporada
  • 2 latas de leche condensada
  • 300 gramos de cacahuates sin sal
  • ½ taza de agua
  • 300 gramos de nueces peladas
  • ½ taza de agua
  • 6 sobres de grenetina (7 gramos cada uno)

Preparación de la gelatina de cacahuate

  1. Licúa la leche evaporada, la leche condensada, los cacahuates y ½ taza de agua.
  2. Incorpora la grenetina previamente hidratada en ½ taza de agua y disuelta a baño María.
  3. Vacía en un molde y refrigera por 30 minutos o hasta que cuaje.

Preparación de la gelatina de nuez

  1. Licua la lata de leche evaporada con la lata de leche condensada, la nuez y ½ taza de agua.
  2. Con la licuadora encendida incorpora la grenetina previamente hidratada en ½ taza de agua y disuelta a baño maría.
  3. Deja enfriar sin que cuaje.
  4. Vacía sobre la gelatina de cacahuate ya cuajada.
  5. Refrigera hasta que cuaje por completo.
  6. Desmolda y decora con trocitos de cacahuate y nuez.
  7. Sirve y disfruta.

Historia del cacahuate

La importancia de este fruto data de la época prehispánica (Archivo Infobae)

Aunque comúnmente se le conoce como un fruto seco, el cacahuate o maní es en realidad la semilla comestible de la planta leguminosa Arachis hypogaea, que forma parte de la familia de las fabáceas, una de las familias más numerosas de las plantas con flores cómo 440 géneros y 12 mil especies aproximadamente, de acuerdo con la Fundación Española del la Nutrición.

Existen varios hallazgos arqueológicos y antiguas representaciones del cacahuate en cerámica y orfebrería que evidencian su origen e importancia económica, gastronómica y cultural para las civilizaciones prehispánicas de Perú.

“Gracias a los incas, su siembra se expandió desde la costa andina de Perú al resto del continente suramericano, y fueron los colonizadores españoles quienes lo vieron por primera vez en un mercado de la Gran Tenochtitlán y lo llevaron a Europa y a África”, de acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales.

En México, se han encontrado evidencias de la existencia del cacahuate desde la época prehispánica, como en las cuevas de Coxcatlán, en Tehuacán, Puebla, donde se hallaron restos de cáscaras, lo que demuestra la importancia de este fruto que permanece hasta nuestros días.

Fray Bartolomé de las Casas, defensor de las comunidades indígenas ante los españoles, describe al cacahuate en su obra Apologética, donde describe el mundo indígena antes de la llegada de los conquistadores.

“Tenían otro fruto que sembraban y crecía debajo de la tierra, que no eran raíces, sino que se parecían a la carne de la avellana de Castilla… eran de una manera similar a como se encuentran los frijoles en las vainas… se les llama maní” escribe.

Tras la caída de los aztecas, se enviaron muchos informes a España sobre la conquista y la civilización azteca. Sin embargo, la distribución temprana y uso del maní en México no está clara. Fray Bernardino de Sahagún menciona el uso medicinal del tlalcacauatl, (nombre náhuatl para maní, que proviene de tlatle, tierra y cacauatl, semilla de cacao) mediante cataplasmas o emplastos para encías inflamadas o dolor de muelas.

No existen registros sobre la introducción intencionada del cacahuate en Europa. Es probable que las plantas fueran recolectadas durante los primeros viajes de Colón y trasladadas al continente europeo a comienzos del siglo XVI. La mención más antigua conocida proviene del médico sevillano Nicolás Monardes, quien en 1574 describió el fruto.

“Me enviaron del Perú un fruto muy bueno, que se da bajo la tierra… y muy hermoso a la vista, y de muy buen gusto para comer, este fruto no tiene raíz… es de la grandeza de un dedo redondo… cuando está seco hace un sonido adentro, como a una almendra… Es un fruto de buen olor y gusto, y al comerlo parece que se come nuez.”, describe.