Guerra por Guanajuato entre el CJNG y Cártel de Sinaloa satura panteones municipales

Guanajuato no sólo es el estado más violento del país, también es un territorio clave para el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Cártel de Sinaloa, lo que lo convierte en una zona de guerra, cuya violencia ya provocó la saturación de varios de sus panteones municipales.

Sólo durante el 2 de julio se registraron 13 homicidios dolosos - 21 si se suman las 9 víctimas del lunes 1 de julio- según fuentes oficiales-, aunque reportes del diario La Jornada afirman que fueron 17 las personas asesinadas durante el martes en Guanajuato: 11 de los ataques se registraron en León.

Con corte hasta el mes de mayo, Guanajuato concentra mil 544 homicidios, de los cuales mil 16 son carácter doloso y sólo 528 culposos; 848 víctimas fueron asesinadas con armas de fuego y 25 con arma blanca.

La violencia que impera en Guanajuato es algo que se vive de años atrás y que ya provocó la saturación en panteones de los municipios de Silao, Guanajuato capital y Salamanca.

De acuerdo con una investigación del Periódico Correo, los gobiernos municipales optaron por agrandar los panteones en terrenos baldíos para construir más gavetas en donde albergar a las víctimas de la narcoguerra.

El panteón de la comunidad de La Aldea (Silao) ya sólo quedan disponibles 20 tumbas; en La Ordeña (Salamanca) los habitantes tienen que ir a otros panteones vecinos para enterrar a sus muertos; en Santa Teresa, Virgen de la Luz y El Encino (Guanajuato capital) se construirán 360 gavetas para intentar frenar la saturación de los panteones: las tumbas construidas son sólo 54 más que el número de homicidios registrados durante el mes de mayo en toda la entidad.

Por su ubicación estratégica, Guanajuato se convirtió en una región importante para la instalación de fábricas, lo que a su vez llamó la atención de grupos criminales que quisieron dominar todos los delitos que se pueden cometer en la zona, desde el robo de combustible y extorsiones, hasta el control de las rutas del trasiego de drogas que conectan a los estados de Colima, Guerrero y Michoacán con Tamaulipas y Nuevo León.

Controlar Guanajuato no sólo es prioridad del CJNG y del Cártel de Sinaloa; en la región también se encuentran células del Cártel del Golfo y Cárteles Unidos de Michoacán -según el analista y experto en seguridad David Saucedo-, además de la organización local: el Cártel de Santa Rosa de Lima (CSRL).

Todos quieren controlar Guanajuato, por eso se crearon alianzas entre Sinaloa (facción Mayo Zambada), Santa Rola de Lima, Unión de León y Los Viagras (los de Michoacán) para contrarrestar los ataques de los hombres de Nemesio Oseguera Cervantes que avanzan desde Michoacán y Jalisco ayudados por el Cártel de los Arellano Félix.

En Guanajuato están algunos de los brazos armados más letales como Los Salazar, Grupo Escorpiones (Cártel del Golfo) y el Grupo Élite (CJNG), además de brazos armados al servicio de Los Chapitos y del Cártel de los Arellano Félix, según información del propio Saucedo en su “Mapa de la Guerra de Cárteles en Guanajuato”.

La pelea por el control de la plaza provocó que municipios como Celaya, Villagrán, Salamanca, San Diego de la Unión y Salvatierra se convirtieran en unos de los más peligrosos del país. Sobra recordar la masacre en la posada de Salvatierra: el 17 de diciembre de 2023 11 personas fueron asesinadas a manos -presuntamente- de sicarios del CSRL.

Guanajuato arde por la violencia; sus panteones se están llenando de muertos y aún no resuelven la crisis forense a la que se enfrentan, pues en la entidad hay más de mil 700 cuerpos de víctimas de homicidios dolosos que no han sido identificados.