Cómo tener una convivencia saludable en familia

La familia es un grupo social esencial, ya que contribuye a la formación integral de sus miembros. En el caso de los hijos, desde el nacimiento adquieren habilidades necesarias para toda su vida, según el artículo Importancia de la familia de la Universidad Nacional del Centro del Perú.

Cuando los miembros aprenden a expresar sus sentimientos con libertad y con la confianza que serán validados y escuchados, la familia puede ofrecerles protección e intimidad, menciona el mismo artículo.

Es esencial fomentar en la familia el amor, el respeto mutuo y la consideración, aceptando y valorando la cultura del grupo y planificando proyectos de vida en común.

Estas recomendaciones pueden contribuir a construir una relación familiar saludable y enriquecedora.

Las siguientes consideraciones fueron escritas por Paul Anderson, psicoterapeuta que pertenece al directorio de profesionistas de la salud del sitio Good Therapy, página dedicada a la publicación de artículos sobre salud mental.

“Los niños deben aprender y ser enseñados sobre lo que es o no aceptable en la sociedad. Los padres quieren que sus hijos crezcan para ser prácticos, adaptables y capaces de mantenerse por sí mismos como adultos”, menciona Anderson.

Para el especialista el bienestar y desarrollo de los niños dependen en gran parte del ambiente emocional que les rodea y de las relaciones que tienen en su entorno familiar y social. Un ambiente saludable y relaciones positivas pueden favorecer su crecimiento, mientras que un entorno negativo puede perjudicar su desarrollo.

Los padres y los modelos adultos muestran cómo gestionar los conflictos, tolerar la diversidad y el desacuerdo. El respeto mutuo entre los miembros de la familia evita el abuso emocional.

“Los adultos en la familia entienden y aplican las reglas de un desacuerdo justo Se promueven y practican regularmente comunicaciones claras, directas y sin culpas. A los niños se les enseñan habilidades de escucha activa”, menciona Paul.

También se debe fomentar la expresión emocional saludable, pues es importante que los miembros de la familia se comprendan entre sí y validen sus emociones.

Cuando existe algún disgusto con un hijo, el Consejo Nacional de Fomento Educativo del Gobierno de México menciona que es importante tratarlos con amor, pedirles las cosas por favor, darles las gracias, llamarles la atención de la mejor manera posible, sin gritos, golpes ni insultos; de esta manera ellos aprenderán a relacionarse con los demás de manera sana, cordial y armoniosa.

El especialista menciona que los límites bien establecidos definen claramente quiénes son los padres/adultos y quiénes son los niños y lo que se espera de cada uno en relación con otros miembros de la familia, cuáles son las obligaciones y responsabilidades de cada uno.

Los jefes de familia establecen límites con consecuencias a corto y largo plazo en mente, teniendo en cuenta que pueden cambiar con el tiempo para satisfacer las necesidades o valores de la familia y la comunidad a medida que cambian.

“Por ejemplo, los miembros de la familia en el papel de adulto o padre son responsables de criar a los niños, pagar las cuentas y proporcionar protección, no los niños. Se espera que los niños jueguen, vayan a la escuela y aprendan a ser adultos socializados y productivos. No es su trabajo resolver los problemas de las relaciones de los adultos”, menciona el terapeuta.

El terapeuta destaca la importancia de que los padres continúen cultivando su relación, así como los demás integrantes de la familia.

Los padres planean con cada hijo y cultivan interacciones con cada uno, los hermanos crean relaciones entre ellos y es importante que favorezcan una relación fuera del hogar.

“La familia como grupo hace vacaciones y otras actividades familiares, construyendo una historia de vida familiar profunda y rica y una bóveda de recuerdos preciados a los que pueden recurrir cuando los tiempos son difíciles” menciona Paul.

Independientemente de lo que ocurra con el matrimonio de sus padres, es elemental que un hijo tenga cuatro hechos garantizados:

• Son amados por quienes son, sin expectativas de convertirse en copias o aliados de sus padres. Sus necesidades, como sustento, protección y apoyo para su desarrollo, serán satisfechas a medida que crecen.
• Cada padre mantiene una relación individual con cada hijo, sin interferencias del otro. Los niños no son utilizados como intermediarios y la triangulación entre padres es mínima.
• Lo que ocurra en el matrimonio de los padres les afecta, pero no es responsabilidad de los hijos: no lo causaron, no pueden controlarlo ni cambiarlo.
• Los límites adecuados dictan que el matrimonio está fuera del alcance de los hijos. Los niños no toman partido ni asumen roles de pareja sustituta.

Cuando existen conflictos en la familia los padres son los responsables de mostrar a los hijos cómo se repara el daño, pues es a través del ejemplo que pueden dar a conocer las herramientas necesarias para lidiar con los problemas.

“Los niños aprenden de lo que ven que está bien buscar ayuda para la salud emocional y mental, decir “lo siento” y afrontar los problemas de frente en lugar de evitarlos o negarlos. Los padres modelan habilidades de resolución de conflictos”, menciona Paul.