Un video que muestra a una persona caracterizada como Jesucristo realizando poses sugestivas provocó controversia en redes sociales desde el fin de semana. El contenido fue captado durante la XLVI Marcha del Orgullo LGBTTIQAP+ 2024, celebrada el sábado 29 de junio en la Ciudad de México.
Según cifras oficiales del Gobierno de la Ciudad de México, el evento reunió a aproximadamente 260,000 personas, algunas de las cuales atestiguaron el polémico “performance” que se desarrolló sobre un carro alegórico que representaba la crucifixión de un “Cristo Gay”.
En el montaje se vio a un joven con barba y cabello largo, corona rosada de espinas, un body color carne, montado sobre una cruz volumétrica dorada y realizando movimientos dancísticos que fueron calificados como “obscenos” e “irrespetuosos”. Debajo de él, un grupo de personas vestidas como soldados romanos completaba la escena.
Este acto generó divisiones en la opinión pública. Muchos argumentaron que la comunidad LGBT, al exigir respeto, debería también mostrarlo hacia las creencias religiosas y a los “símbolos sacros”.
Sin embargo, defensores de la actuación la justificaron como una crítica hacia las instituciones religiosas, que históricamente han sido percibidas como opresoras de las orientaciones sexuales distintas a la heterosexualidad, plenamente aceptada y promovida por el catolicismo y otras doctrinas judeocristianas.
La postura del responsable del “Cristo Gay”
Infobae México entró en contacto con Elías Álvarez, vocero de “La Purísima”, establecimiento responsable de idear y ejecutar el performance que de inmediato se hizo viral y generó todo tipo de comentarios.
“Desde que se creó La Purísima se pensó como un espacio de libertad capaz de expresarse mediante símbolos que cobran una identidad propia al trasladarse de lugar. Lejos de buscar la ofensa religiosa, se intenta dotar de un significado nuevo a la arquitectura, las piezas y las figuras artísticas que fungen como escenario de la fiesta LGBTQ+”, dijo a este medio.
“La comunidad ha luchado, a lo largo de su historia, por dignificarse, por tener derechos, por hacerse visible, y ganar la inclusión en todos los sentidos. La marcha del orgullo LGBTQ+ nos recuerda cada año esos avances, pero también todo lo que nos falta en materia de derechos humanos, concientización, visibilidad e inclusión”
“Por eso, la idea de trasladar nuestro concepto a las calles debe transmitir esta misma idea de libertad de expresión, de que aspiramos a que todas las aristas de la sociedad sean incluyentes con la comunidad LGBTQ+, incluidas las religiones. Queremos sumarnos a ese recordatorio por todo el camino que nos queda por recorrer, por todos los derechos que aún nos quedan por conquistar”
Ni falta de respeto ni burla
Lejos de considerar que la representación de un Cristo afeminado bailando sobre una cruz, máximo icono de la fe católica, sea un “sacrilegio” o una “burla”, Elías y “La Puri” lo proponen como una manifestación de naturaleza artística y simbólica contra un sistema de creencias que al paso de los siglos ha perseguido a otras orientaciones distintas a la heterosexualidad.
”Nuestra interpretación de la crucifixión nace de un deseo artístico de reinterpretación estética, de danza y ciertamente feminizado (que creo que es lo que ha incomodado), estos símbolos nunca fueron usados para la burla, es la posibilidad de reivindicar su significados de opresión y discursos de odio que por años nos han dañado. Que el fundamentalismo religioso no se convierta en el fundamentalismo político, respecto al estado laico”.
La respuesta de “La Puri” -templo de la fiesta nocturna en CDMX que desde 2010 juega conceptualmente con iconografía religiosa en sus instalaciones-, para aquellos que consideran al “Cristo Gay” como “una falta de respeto” es clara:
“La falta al respeto es el discurso de odio que nace de quienes hoy se han ofendido y no de quienes usaron un símbolo para montar una danza”
- ¿Buscaban provocar, generar alguna reacción?
“No. Si esto te molesta muchísimo, entonces quizás es un buen momento para replantearte el origen de tus odios, de tu educación y de cómo utilizas esto para validar tu rechazo hacía las personas que son diferentes a ti”
- ¿Temes represalias por parte de algunos grupos conservadores?
“Eso siempre estará latente, el odio es la religión más practicada en este país, y tener una bandera arcoíris en mi entrada o en una playera siempre será peligroso. Uno no puede ser tolerante con los intolerantes”.
Finalmente, al solicitarle a Elías un mensaje para aquellos integrantes de la población LGBTIQ que se sintieron ofendidos con el performance al confrontarse con su fe personal, esta fue la respuesta: “Que no nos crucifiquen”.