El significado del color se fundamenta en la relación entre nuestras experiencias, cultura, preferencias y religión con lo que el ojo capta, otorgando significado a lo que percibimos sólo visualmente, según el artículo Amor y dolor son del mismo color: La psicología de los colores publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El color blanco tiene un significado fundamental de pureza, representando la sencillez y lo inmaculado. Generalmente es un color que transmite calma y serenidad, así como sabiduría, de acuerdo con el artículo Historiografía de los colores, publicado por la revista Litoral, publicación ampliamente reconocida en España.
Simboliza la luz, el día, el movimiento y la vida, debido a su asociación espacial con la salida del sol en el horizonte oriental; sin embargo, también está relacionado con el horizonte occidental, representando el ocaso y la palidez, de acuerdo con el mismo artículo. Por esta razón, en China, el blanco es el color del luto, el duelo y la muerte.
Qué dice de mi personalidad el vestir de blanco
Aunque sea difícil de creer existen muchos tonos de blanco, por ejemplo blanco beige, cisne, clown, plomo, zinc, diamante, invierno, leche, ópalo, perla, satinado, cáscara de huevo, champaña, crema, ultrablanco, entre otros, de acuerdo con Eva Heller, escritora y científica alemana especialista en psicología del color.
Según Eva, existe el debate si el blanco es un color o no, y en sentido estricto no lo es, pues en la teoría óptica es la suma de todos los colores de la luz. Por ello se considera el color más perfecto.
Tiene varios significados, entre ellos el religioso, pues se relaciona con el bien, la pureza, por ello los niños se visten de ese color en su primera comunión, el espíritu santo se presenta como una paloma blanca, Cristo como un cordero blanco, los ángeles visten de blanco.
También representa la limpieza y la pureza, lo higiénico. Por ello es utilizado por personas que manipulan alimentos: cocineros, panaderos, carniceros; personas que cuidan enfermos: médicos y enfermeros.
Los terapeutas de color Howard y Dorothy Sun mencionan en su libro Color your life. How to use the right colours to achieve balance, health and happiness (Colorea tu vida. Cómo usar los colores adecuadamente para alcanzar equilibrio, salud y felicidad) que el uso de este color en la ropa es un símbolo de limpieza, pureza e inocencia.
“En el Este es un color apropiado para la muerte y el duelo, pues se acepta que la persona que falleció ha partido hacia un lugar más puro y espiritual. El blanco también es el color del desapego, el blanco refleja todos los colores y quienes lo usan pueden hacerlo para mantenerse frescos en el calor de los rayos del sol”, comentan sobre el uso de este color en la vestimenta.
En interiores se recomienda para crear la ilusión visual de que un espacio es más amplio. Sin embargo, su uso indiscriminado puede hacer que un espacio se sienta frío y sin vida. Es importante combinarlo con otros colores, es efectivo en paredes y madera alrededor de la casa.
El temperamento
Empédocles de Agrigento, antiguo filósofo griego, propuso la teoría de las cuatro raíces, asociando a Tales, Anaxímenes, Heráclito y Jenófanes con los elementos naturales de agua, aire, fuego y tierra, respectivamente, y añadió las fuerzas cósmicas del Amor y el Odio que mezclaban o separaban estos elementos, provocando cambios en el mundo de acuerdo con la tesis Los cuatro temperamentos de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Zaragoza.
Aristóteles adoptó estos cuatro elementos y agregó un quinto, el éter, como componente del universo. Hipócrates de Cos, médico griego, desarrolló la teoría humoral, afirmando que el cuerpo humano estaba compuesto por cuatro humores: flema, sangre, bilis amarilla y bilis negra, cuyo desequilibrio causaba enfermedades, influenciado por estaciones, vientos, lugar de residencia, sexo y etapa de vida, explica el texto.
Hipócrates asoció invierno con flema, primavera con sangre, verano con bilis amarilla y otoño con bilis negra. Observó características fisiológicas para identificar los humores predominantes en una persona y clasificó los temperamentos en flemático, sanguíneo, colérico y melancólico, a cada uno de los cuatro temperamentos les corresponde un color en espeçifico, rojo para temperamento sanguíneo, amarillo para el colérico, negro el melancólico y el blanco para las personas con temperamento flemático.
El flemático es una persona tranquila y serena que rara vez se alarma o se enfada, es alguien confiable, conservador y eficiente. Mantiene la calma en cualquier circunstancia y posee un sentido del humor natural y satírico. Suele actuar como espectador y evita comprometerse demasiado en las actividades ajenas. Es de buen corazón y compasivo. No busca ser líder, pero cuando se ve obligado a asumir ese rol, demuestra ser altamente capaz.
Una de sus debilidades es su aparente falta de empuje o ambición. Raramente inicia actividades y suele buscar excusas para evitar comprometerse en las actividades de otros. Tiende a protegerse a sí mismo, actúa de manera mezquina y avariciosa, cuidando cada centavo, salvo cuando se trata de algo para sí mismo.
¿Por qué las novias se visten de blaco?
En la Antigüedad clásica, que influyó en todas las artes y en la moda, se buscaba emular la estatuaria griega y romana, por lo que la moda Imperio recreó este concepto estético, abandonando la artificialidad y apostando por siluetas limpias, de acuerdo con el artículo Los orígenes del blanco en el vestido de novia de la realeza (siglos XVI-XIX) de Bárbara Rosillo, Doctora en Historia del Arte por Universidad de Sevilla, España.
El blanco se convirtió en el color predominante, imitando el mármol de las estatuas, mientras la silueta cilíndrica de la nueva moda rememoraba a las cariátides del Erecteion, cuyos vestidos destacaban las formas femeninas.
Esta moda resultó escandalosa en algunos casos, ya que dejaba poco a la imaginación debido a la extrema liviandad de los tejidos, principalmente muselina, una tela de algodón muy fina. Rousseau defendía esta simplicidad, argumentando que el ser humano debía liberarse de las ataduras de la moda para alcanzar mayor libertad física y moral.
Las novias en el Neoclasicismo decoraban su cabello con una guirnalda de flores y un velo de tul o gasa. Para dar mayor empaque al vestido, se añadían largas colas en ocasiones especiales. El auge máximo fue alrededor de 1804, coincidiendo con la coronación de Napoleón. La moda Imperio prevaleció hasta la década de 1820, cuando el talle regresó a la cintura y las mujeres volvieron a usar jaulas de acero.
El concepto del traje de novia actual se codificó durante el Romanticismo. La reina Victoria de Inglaterra fue la protagonista de este cambio. Victoria de Hannover (1819-1901) no estaba destinada a reinar, pero circunstancias familiares la llevaron al trono de Gran Bretaña a los dieciocho años. Se casó con su primo Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha en 1840 en la Capilla Real del palacio de Saint James. Fue una boda por amor que tuvo gran repercusión mediática, y la fotografía de la novia se difundió ampliamente.
La realeza ha sido una fuente de inspiración para la sociedad, especialmente a través de los medios de comunicación en la era contemporánea. El reinado de Victoria I marcó una era caracterizada por el puritanismo en varias esferas sociales.
Para su vestido nupcial, la reina eligió el blanco, símbolo de virginidad y pureza, una decisión innovadora para la época. El vestido tenía un amplio escote, cintura de avispa y voluminosa falda, y no era excesivamente lujoso por decisión de la reina. Realizado por la diseñadora Mary Bettans, el modelo tenía connotaciones políticas, ya que estaba confeccionado únicamente con materiales del Reino Unido: satén blanco y encaje de Honiton.