La tradicional marcha del orgullo LGBT+ que ocurre cada junio en la Ciudad de México y con la que estamos bien familiarizados no es una cosa nueva, sino el resultado de una lucha que comenzó hace ya muchos años.
En Nueva York de los años 60, los Disturbios de Stonewall inspiraron a homosexuales, lesbianas y personas trans de todo el mundo para iniciar un movimiento en conjunto no sólo con el objetivo de exigir el cumplimiento de sus derechos, sino también para visibilizarse en una sociedad que por entonces no era nada tolerante con la diversidad sexual.
En México, el espíritu revolucionario de la comunidad LGBT+ se reavivó más que nunca y el 26 de julio de 1978 un grupo de unas treinta personas pertenecientes a la diversidad sexual se unieron a la movilización por el aniversario de la Revolución Cubana.
Esta fue la pequeña chispa que detonó la Primera Marcha del Orgullo Homosexual, que ocurrió un año después, en junio de 1979. Un contingente de aproximadamente mil personas salió del Ángel de la Independencia, y aunque su objetivo era recorrer Paseo de la Reforma (como ocurre en la actualidad), lo policía los obligó a transitar por la calle Lerma. La manifestación terminó en la Plaza Carlos Finlay.
No había carros alegóricos, ni marcas ni publicidad; tan sólo el espíritu de hartazgo de personas que expresaron en incisivas pancartas lo que pensaban: “¡Sin libertad sexual no habrá liberación social!”
Esta primera marcha fue el resultado de las exigencias de organizaciones como el Movimiento de Liberación Homosexual (MLH), quienes denunciaban discriminación, homofobia, crímenes de odio y las “razzias” (sorpresivas detenciones arbitrarias e ilegales que realizaba a policía en eventos de la comunidad) que sufrían todos los días.
Hoy el mundo ha cambiado en mucho sentidos, pero la nueva percepción que se tiene de la diversidad sexual, donde se respetan las diferencias y se celebran derechos reconocidos, no es simplemente una consecuencia del paso del tiempo, sino que existe gracias a las protestas de miembros de la comunidad LGBT+ en México que decidieron no quedarse callados.
Las marchas del orgullo LGBT+ iniciaron en la Ciudad de México, aunque con el paso del tiempo se extendieron a otras partes del país. Incluso, rincones donde se no se imaginaba que pudieran florecer, como el municipio de Nezahualcóyotl, hoy ya celebran la tradicional manifestación.
¿Por qué es importante que existan marchas LGBT+ en México?
Las marchas LGBT en México son de suma importancia por varias razones. En primer lugar, proporcionan visibilidad a la comunidad LGBT, ayudando a romper los estigmas y prejuicios que aún persisten en la sociedad. La visibilidad es crucial para el reconocimiento y la aceptación de la diversidad sexual y de género, lo cual contribuye a una sociedad más inclusiva.
Además, estas marchas son una plataforma para reivindicar derechos y exigir igualdad. En un país donde la discriminación y la violencia contra personas LGBT siguen siendo problemas graves, las marchas permiten alzar la voz contra la homofobia, la transfobia y cualquier forma de discriminación.
Las marchas también fortalecen el sentido de comunidad y apoyo mutuo. Reunir a miles de personas en un evento celebratorio y reivindicativo ofrece una sensación de pertenencia y solidaridad. Esto es particularmente importante para aquellos miembros de la comunidad que pueden sentirse aislados o marginados en su vida cotidiana.
Históricamente, las marchas LGBT en México han sido catalizadores de cambio y progreso. Han contribuido a importantes avances legislativos, como el reconocimiento del matrimonio igualitario y la adopción por parejas del mismo sexo en varias entidades del país. A través de la movilización y la presión social, las marchas continúan siendo un motor de cambio para una sociedad más justa e igualitaria.