La muerte es algo que todos solemos evadir y lo que más tememos los seres humanos en general. Desde el inicio de los tiempos sin duda la muerte fue el mayor temor desde los primeros hombres y es la razón de que se hayan creado Dioses y que existan un gran esfuerzo por tratar de evitarla.
Sin embargo, toda filosofía coincide en que la muerte forma parte esencial de la vida y que más allá de temerle el ser humano debería encontrar maneras de aprender a verla con naturalidad y sin tanto rechazo.
Es por eso que diversas instituciones y especialistas en psicología y filosofía han realizado números estudios y reflexiones en la búsqueda de ayudar al ser humano a convivir de mejor manera con un estado que es inevitable en el ser.
En esta reflexión, los especialistas han encontrado que, más allá de trata de evadirla, pensar y reflexionar en torno a la muerte puede tener beneficios a la salud mental que han sido poco explorados.
Así lo señala el especialista de la Universidad de Harvard, Arthtur Brooks, quien ha dedicado varios años de su vida a investigar en torno a la felicidad y también a las situaciones que nos impiden alcanzarla.
Fue así como llegó a la conclusión de que la insistencia de evadir el hablar o pensar en la muerte, contrario a lo que se busca, puede incrementar nuestro sufrimiento pues en realidad se trata de algo inevitable.
“Cuando evitamos pensamientos sobre la muerte, inconscientemente asumimos que el mañana se parecerá mucho al hoy. Pero cuando nos concentramos en ella, se aumenta lo que está en juego en el presente y aclara lo que debemos hacer con nuestro tiempo”, ha señalado en sus publicaciones el experto.
Cuáles son los beneficios a la salud mental de pensar en la muerte
Es así que pensar en la muerte ha demostrado tener diversos beneficios, entre los cuales se destacan los siguientes:
- Conciencia de la finitud: Reflexionar sobre la muerte nos recuerda que la vida es limitada, lo que nos puede motivar a vivir de manera más plena y significativa. Puede llevarnos a aprovechar mejor el tiempo y a priorizar lo que realmente importa.
- Perspectiva y gratitud: La consideración de nuestra mortalidad puede ayudarnos a valorar más las pequeñas cosas de la vida y a sentir gratitud por lo que tenemos. A menudo, esta perspectiva puede disminuir el estrés y aumentar la felicidad al enfocarnos en lo que realmente importa.
- Preparación y planificación: Pensar en la muerte nos permite planificar aspectos importantes como la salud, las finanzas y el bienestar de nuestros seres queridos. Tener un testamento, seguros adecuados y deseos claros acerca de los cuidados médicos puede proporcionar tranquilidad tanto a nosotros como a nuestras familias.
- Salud emocional: La reflexión sobre la muerte puede fomentar el desarrollo emocional y la resiliencia. Nos ayuda a aceptar la incertidumbre y a encontrar maneras de afrontar el miedo y la ansiedad asociados con el fin de la vida.
- Fortalecimiento de relaciones: Este tipo de reflexión puede motivarnos a mejorar y fortalecer nuestras relaciones con los demás, a resolver conflictos pendientes y a expresar nuestro cariño y aprecio hacia nuestros seres queridos.
- Espiritualidad y propósito: Para muchas personas, pensar en la muerte puede llevar a una reflexión más profunda sobre las creencias espirituales y el propósito de la vida. Esto puede brindar consuelo, sentido y dirección.
- Reducción del miedo: Abordar el tema de la muerte de manera abierta y honesta puede ayudar a reducir el miedo y la ansiedad. Hablar sobre ello y procesar nuestros sentimientos en lugar de evitarlos puede proporcionarnos una visión más equilibrada y serena sobre el final de la vida.
En resumen, considerar nuestra propia mortalidad puede enriquecer nuestras vidas al fomentar una mayor apreciación, preparación y comprensión tanto de la vida como de la muerte.