Como ha sucedido desde que concluyó el proceso electoral el pasado 2 de junio, el presiente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), insistió en que la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, será un gran relevo para el Gobierno de México ya que le dará continuidad al proyecto de nación que impulsó; sin embargo, a pesar de considerar que la exjefa de Gobierno de la capital tendrá una gestión “más sencilla”, también aprovechó para confesar qué es lo que más le ha dolido en su lucha por llegar al poder.
Sobre la exmandataria capitalina, de nueva cuenta la calificó como una “giganta”, al tiempo de manifestar que se trata de una mujer muy inteligente y, sobre todo, trabajadora. “Fue lo mejor que le pudo haber pasado al país en este tiempo... ¡y mujer!, de por si las mujeres son muy trabajadoras, muy responsables, honestas; infunde mucho respeto”, reconoció el mandatario.
Al adelantar que gracias a la aceptación de la virtual presidenta electa entre la población es que tendrá un buen trato de parte de gobiernos nacionales y extranjeros, el presidente aprovechó para recordar que a él en el pasado le había sucedido todo lo contrario, pues incluso personas que no lo conocían lo llegaron a considerar un “peligro para México”.
Esto es lo que más le ha dolido al presidente
Delante de la prensa que se reunió con él en el Salón de la Tesorería de Palacio Nacional, el fundador de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) resaltó que en 2006, cuando perdió su primera contienda electoral, se lanzó una guerra sucia en su contra por parte del expresidente Felipe Calderón que lo llevó a tomar una decisión drástica.
“Comencé, luchando por la democracia auténtica, verdadera. He enfrentado muchos obstáculos, he podido salir delante del acoso, me quisieron desaforar, junto con millones de mexicanos fuimos víctimas de fraudes, seguimos luchando, pero al final, si las cosas continúan como van -porque todavía no concluimos-, si en estos tres meses continuamos como estamos ahora, me voy a sentir muy contento”, dijo.
El originario de Macuspana, Tabasco, reconoció ante la prensa mexicana que, a pesar de haber estado mucho tiempo en la lucha por la democracia, nunca le ha sido fácil enfrentar al poder mediático, especialmente al estar a tres meses de entregar la banda presidencial; sin embargo, destacó que la campaña lanzada en su contra en 2006 fue una de las cosas que más le han afectado ya que había ciudadanos que, incluso sin conocerlo o radicar en la Ciudad de México, lo consideraban un mal personaje para el país.
“Ahora fue muy fuerte la campaña, siempre ha sido así, la campaña del 2006 peligro para México, esa caló profundo, había gente que ni me conocía y me veía con malos ojos porque fue una guerra sucia en mi contra ya he platicado que, después del 2006 porque, para que no se desbordara el movimiento y no hubiese violencia, tomamos una medida muy fuerte, muy radical pero al mismo tiempo pacífica: la toma de Paseo de la Reforma y el Zócalo y nos costó muchísimo, me lo reclamaban desde Baja California hasta Yucatán aunque a ellos no les hubiese afectado”, reconoció.
Al recordar este momento en la historia democrática del país, López Obrador incluso destacó que los medios de comunicación se dieron a la tarea de sembrar la idea de que no solo la población había resultado afectada por la manifestación en el corazón de la urbe, sino que además ellos estaban siendo afectados cuando, a decir del mandatario, hubo una ola de violencia y retraso tras cometerle tal fraude electoral.
“Las consecuencias de ese fraude, la violencia y todo el atraso. Hemos avanzado, pero hubiésemos avanzado mucho más, piensen cuánto dinero recibió Calderón por los precios altos del petróleo, ningún presidente en la historia ha obtenido tanto dinero por ingresos petroleros como Calderón y ¿dónde se fue ese dinero?”.
A modo de remate, el morenista aseguró que en la actualidad e incluso derivado del plantón en el Zócalo capitalino y Paseo de la Reforma, la gente se percató que lo que en realidad quería su proyecto era que hubiese una mejora, sobre todo porque tal manifestación fue sin afectaciones a los habitantes de la urbe y quienes se desempeñaban en las inmediaciones donde se llevó a cabo.
“A pesar de que nos robaron la presidencia, nuestra protesta fue pacífica, no se rompió un vidrio y siempre hemos luchado por la via pacífica, fue difícil pero las cosas ya han cambiado y me siento muy satisfecho porque con la participación de millones de mexicanos y desde abajo, logramos el inicio de esta transformación y es muy bueno el relevo (...) Hay mucho pueblo y mucho gobierno”, sentenció.