A poco más de dos meses de que Claudia Sheinbaum Pardo asuma la Presidencia de la República, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) hizo un llamado a las y los políticos recién electos, incluida la virtual presidenta electa de México, a combatir el narcotráfico en conjunto.
En el marco del Día Internacional de Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, conmemorado cada 26 de junio a nivel mundial, la institución religiosa señaló que México se encuentra en un momento de reflexión y renovación, por lo que “es tiempo de unir esfuerzos y trascender diferencias”.
“El tráfico de drogas ha impactado severamente nuestro país, afectando el tejido social y la seguridad de todos los mexicanos. (...) Tras el reciente proceso democrático, se nos presenta la valiosa oportunidad de fortalecer los cimientos de nuestra nación, (...) robustecer nuestras instituciones y promover el bien común”, señaló a través de un comunicado.
En esa línea, el CEM hizo un “llamado urgente” a todos los sectores de la sociedad a entablar un diálogo constructivo y a trabajar conjuntamente.
“El narcotráfico representa un desafío multifacético que va más allá de la seguridad pública; pone a prueba los fundamentos mismos de nuestra sociedad: la justicia, la solidaridad, el respeto a la vida y la dignidad humana. Ante esta realidad, estamos llamados a una respuesta colectiva y decidida”.
Adicionalmente, el CEM apuntó que el aumento de consumo de drogas ha sido perceptible, especialmente en las generaciones jóvenes.
“El uso indebido de drogas afecta no solo la salud individual, sino que también impacta a nuestras familias y comunidades, con repercusiones en nuestro entorno social y ambiental. En lugar de la libertad que promete, a menudo se convierte en un obstáculo para el crecimiento y la realización personal de nuestros jóvenes”.
Cabe destacar que, durante la campaña electoral, Sheinbaum Pardo declaró que su estrategia de seguridad y combate al narcotráfico será similar a la del presidente Andrés Manuel López Obrador; es decir, no declarará la guerra a los cárteles de drogas, como ocurrió en el sexenio de Felipe Calderón.
“Lo que no queremos es que haya homicidios, que no haya robo con violencia, que haya paz, que haya tranquilidad y que haya seguridad, para eso hemos diseñado una estrategia, que es hasta cierto punto la estrategia del presidente, porque nosotros no vamos a declarar guerras. Eso ya lo probó el país y eso no sirve para nada”, declaró durante una visita a Durango.
Al respecto, resalta que múltiples expertos y medios de comunicación extranjeros han señalado que continuar con la estrategia de “abrazos, no balazos”, podría ocasionar que las organizaciones criminales continúen expandiendo sus actividades delictivas o, incluso, adquieran más poder.