Recientemente hablamos sobre la manera en que algunas posturas en ciencias cognitivas y filosofía de la mente niegan la existencia de lo mental como un fenómeno que ocurre de manera paralela a los procesos físicos y, que además es esencialmente distinto de estos. Es lo que mencionamos como la inexistencia de lo mental.
Sin embargo, recientemente Amaranta Castro, una escritora a la que admiro mucho me comentó que si se aceptaran las posturas como las de la tabula rasa de Locke—la cual señala que los seres humanos llegan al mundo sin saber nada y es hasta el momento en que comienzan a tener experiencias mediante los sentidos—o el aprendizaje según Piaget—el cuál parte del mismo precepto de la experiencia—entonces ¿Cómo se justifica que algunos estudios muestren que los bebés al nacer ya tengan un conocimiento de algunos rasgos de sus madres o incluso que estén habituados al lenguaje?
Está pregunta me pareció muy interesante debido a que es la misma situación que ocurre con la mente de los animales. Si no existe una conciencia lingüística entonces estamos reacios a aceptar la existencia de aprendizaje e interioridad mental en el sujeto. Al respecto lo que podría señalarse desde el comienzo es que la conciencia, o la experiencia subjetiva de estar experimentando algún suceso, generalmente tiene una relación muy estrecha con la noción epistémica de “verdad”.
Sin embargo en el presente caso nos interesa una forma de consciencia de mundo que no implica una relación cognoscitiva con el mismo. El filósofo Edmund Husserl llama a esta capacidad consciencia pre reflexiva y consiste básicamente en que la primera forma en que nos relacionamos con el mundo es mediante el cuerpo.
Esta conciencia implica una relación con el mundo que nos permite tener expectativas y capacidades para actuar que no implican una relación epistémica o lingüística con el entorno. Es decir, si es cierto que la experiencia del mundo sucede desde antes de nacer, sin embargo, esta relación y expectativas son anteriores al aprendizaje tal como lo describen tanto las posturas de Locke como la de Piaget.
Aunque lo mencioné de manera general, es interesante mencionar que algunas de las posturas científicas y filosóficas al respecto de la mente y el aprendizaje insisten en que el lenguaje es la única vía por la cual se entiende la relación de los sujetos con el entorno.
No obstante permanece la pregunta acerca de cuál es la manera en que podemos comprender que sucede en la mente de otros sujetos especialmente quienes no poseen lenguaje tal como animales no-humanos o bebés humanos.
Semblanza: Rodrigo Cervantes. Estudiante del doctorado en filosofía contemporánea en la BUAP. Estudiante de DCV en la UNAM. Mis áreas de estudio principales son la filosofía de la mente y la ciencia, la filosofía del lenguaje y la fenomenología.