En las playas de la Isla de la Piedad, ubicada en Mazatlán, fueron hallados a principios de junio 27 ejemplares de tortugas y 3 ejemplares de delfines que se encontraban muertos y en estado de descomposición a lo largo de 7 kilómetros de este sitio.
La directora de Ecología y Medio Ambiente de Mazatlán, Eunice Murúa Figueroa, informó que los ejemplares fueron localizados en un tramo aproximado de 10 kilómetros, en los que pudieron constatar que tanto los delfines como las tortugas se encontraban en estado avanzado de descomposición.
Además, indicó que de las 27 tortugas muertas, 21 eran de la especie conocida como prieta y el resto eran golfina. Respecto a los 3 delfines encontrados señaló que correspondían a la raza nariz de botella.
Ante las condiciones avanzadas de descomposición que presentaban las especies, la directora informó que no se pudo identificar si los animales presentaban algún tipo de lesión.
Profepa atribuye la muerte de los ejemplares a la Marea Roja
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) informó que la posible causa de la muerte de tortugas y delfines en las playas de Mazatlán se podría atribuir a la Marea Roja, un fenómeno oceanográfico que se caracteriza por la proliferación de algas tóxicas que tiñen el agua de color rojo; de ahí su nombre.
Al respecto, la Profepa señaló que los ejemplares ubicados fueron en total 32 tortugas y 3 delfines, los cuales no presentaban daños o lesiones visibles. Anteriormente habían sido ubicados solo 27 ejemplares de torturas, pero estas aumentaron.
Durante los recorridos realizados por inspectores de la Procuraduría en Sinaloa y de elementos de Protección Civil del salvamento acuático de Mazatlán, se inspeccionaron las playas La Isla de Piedra y el complejo turístico Estrella de Mar, ubicado al sur del puerto, en los que se localizaron los restos de 27 tortugas marinas; 21 de la especie prieta Chelonia agassizii y 6 de la especie golfina Lepidochelys olivácea, así como 3 delfines adultos de la especie nariz de botella.
Luego de este recorrido, la Profepa informó que al siguiente día se recibió un nuevo reporte sobre la presencia de 5 tortugas golfinas adultas en estado de descomposición, en las mismas playas.
Para determinar la causa de los decesos, la Red de atención a Varamientos de Mamíferos Marinos y Tortugas Marinas del estado de Sinaloa, estableció una mesa de trabajo integrada por universidades, centros públicos de investigación, asociaciones civiles, la Profepa y la Semarnat; sin embargo, debido al estado de descomposición de los ejemplares no se pudo realizar la necropsia correspondiente.
Lo anterior, debido a que los expertos recomendaron enterrar los cuerpos para evitar daños a la salud, ya que se trata de una playa turística, así como por el avanzado estado de descomposición de las tortugas y los delfines.
Asimismo, la Profepa señaló que la presencia de una Marea Roja muy fuerte es la hipótesis de la causa de la muerte de estos ejemplares debido a que es la temporada en la que aparece este fenómeno. La presencia de floraciones de algas tóxicas tiene un efecto nocivo en animales y humanos.
Efectos de la Marea Roja en animales marinos
La marea roja puede tener efectos devastadores en los animales marinos. Las toxinas liberadas por las algas pueden:
- Afectar la vida marina: Peces, moluscos y otros organismos marinos pueden morir al ingerir las toxinas o al ser expuestos a concentraciones elevadas de estas.
- Bioacumulación: Las toxinas se acumulan en los tejidos de los mariscos y otros filtradores, lo que puede causar envenenamiento en depredadores que los consumen, incluyendo aves, mamíferos marinos y humanos.
- Problemas respiratorios: Algunas especies de algas producen toxinas que, al ser liberadas en el agua, pueden causar irritación en las branquias y dificultades respiratorias en peces y otros organismos acuáticos.
- Alteración del ecosistema: La muerte masiva de peces y otros organismos altera el equilibrio del ecosistema marino, afectando la cadena alimenticia y la biodiversidad.
- Impacto en especies en peligro: Las especies marinas en peligro de extinción pueden verse especialmente afectadas, agravando su situación de vulnerabilidad.