Autoridades estatales y federales continuamente dan información detallada sobre los remantes de la tormenta tropical ‘Alberto’, la cual tocó tierra durante las primeras horas del pasado jueves 20 de junio en Tamaulipas. Aunque se ha dado a conocer que el fenómeno natural ya se ha degradado, las lluvias persisten, lo que ha dado pie a extender la recomendación de estar atento ante cualquier aviso relacionado con este u otros fenómenos naturales propios de la temporada, como es el caso del ciclón Beryl que ya se forma en el Atlántico y que afectaría, de primera instancia, a estas entidades federativas en México.
Información oficial arrojada por el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés), informó que para este 2024 se esperan por lo menos 43 ciclones, de los cuales 11 podrían convertirse en huracanes, al tiempo que de 5 de ellos alcanzarían el nivel 3 -o incluso más-, en la escala Saffir-Simpson, una herramienta utilizada para clasificar la intensidad de los vientos propios de estos fenómenos.
- Categoría 1: Vientos de 119-153 km/h
- Categoría 2: Vientos de 154-177 km/h
- Categoría 3: Vientos de 178-208 km/h
- Categoría 4: Vientos de 209-251 km/h
- Categoría 5: Vientos de 252 km/h o más
¿Qué sucede con el ciclón Beryl?
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha informado que mantiene la alerta debido a la presencia de una zona de baja presión que se localiza al sur de la Península de Yucatán. Al momento, este fenómeno presenta una probabilidad del 50 por ciento de formación ciclónica en las siguientes 48 horas y de 60 por ciento en los siguientes 7 días.
De llegar a formarse, habría afectaciones para el sureste mexicano, especialmente porque se localiza a 90 kilómetros al oeste de Ciudad del Carmen, Campeche y a 80 kilómetros al norte de Villahermosa, Tabasco.
A modo de ser más específicos, las entidades que, en el caso del ciclón Beryl se verían afectados por la presencia de intensas precipitaciones, que podrían estar acompañadas de descargas eléctricas provocando deslaves e inundaciones son:
- Yucatán
- Quintana Roo
- Campeche
- Tabasco
- Chiapas
- Oaxaca
- Veracruz
- Puebla
- Hidalgo
- Ciudad de México
- Estado de México
- Querétaro
- Guanajuato
- San Luis Potosí
- Tamaulipas
- Nuevo León
- Coahuila
La presencia de un ciclón en el sureste mexicano, el Golfo de México o bien, en las costas del pacífico, puede traer diversas consecuencias graves, tanto inmediatas como a largo plazo. Estas incluyen:
- Destrucción de infraestructuras: Daños severos a viviendas, carreteras, puentes y edificios públicos.
- Inundaciones: Causadas por lluvias torrenciales y marejadas ciclónicas, que pueden devastar áreas urbanas y rurales.
- Pérdida de vidas humanas: Muertes debido a derrumbes, ahogamientos y accidentes relacionados con los fuertes vientos y las inundaciones.
- Interrupciones en servicios básicos: Cortes de electricidad, agua potable y comunicaciones.
- Impacto económico: Pérdidas en sectores como la agricultura, pesca, turismo y comercio, con efectos prolongados en la economía local y nacional.
- Desplazamiento de personas: Evacuaciones masivas y pérdida de hogares, llevando a crisis humanitarias y de refugio.
- Problemas de salud pública: Brotes de enfermedades, falta de acceso a servicios médicos y problemas de saneamiento.
- Daño al medio ambiente: Destrucción de ecosistemas, afectación de flora y fauna, y contaminación de cuerpos de agua.
Expertos en temas meteorológicos, han dado a conocer que, para que se forme un ciclón, es necesario que ocurran varias condiciones ambientales favorables, tales como la presencia de temperatura caliente en el agua, las cuales deben estar por encima de los 26 grados centígrados para proporcionar la energía necesaria, al tiempo que los niveles de humedad deben ser altos en la troposfera, la capa baja de la atmósfera, para apoyar la formación de nubes y tormentas.
Otro de os factores indispensables es el disturbio atmosférico preexistente, es decir, deberá existir una baja presión o perturbación, como una onda tropical, puede actuar como el disparador inicial de la formación del ciclón, además de registrarse rotación de la Tierra, la cual es necesaria para inducir la rotación del ciclón y darle su característica espiral. La fuerza de Coriolis, como se le conoce, es más efectiva lejos del ecuador, por lo que los ciclones no tienden a formarse cerca de esta línea.
Finalmente, los vientos de cizalladura vertical deben ser relativamente débiles para evitar que la estructura del ciclón se desestabilice. Cuando todos estos factores se combinan en una región, la perturbación puede intensificarse y consolidarse, desarrollando un ciclón con características organizadas de nubes y vientos.