El Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres Guadarrama, hizo la presentación oficial del nuevo himno de la Ciudad de México. Esta obra es el resultado de un esfuerzo colectivo encabezado por la compositora Marcela Rodríguez y se inscribe en una serie de iniciativas para fortalecer la identidad y el patrimonio cultural de la capital.
Batres recordó que la idea de un himno para la Ciudad de México surgió en 2020, cuando en su función de presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales del Senado, revisó una iniciativa del senador Jorge Carlos Ramírez Marín. Esta iniciativa buscaba que las entidades federativas pudieran tener símbolos propios como escudos, banderas e himnos, enmarcado en un esfuerzo por reforzar el federalismo.
Desde su llegada a la Jefatura de Gobierno, Batres ha impulsado diversas iniciativas culturales, destacando entre ellas la participación de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México en barrios como Tepito y Cuautepec, y eventos como “El Barrio Baila”. También se han hecho reconocimientos importantes como la declaración del Tianguis “El Chopo” y la Cultura Sonidera como Patrimonio Cultural Inmaterial, así como la instauración del Día del Bolero.
En el marco de estas actividades, se planteó la necesidad de dotar a la capital de un himno propio. Batres destacó la colaboración de su esposa, quien continuamente le recordó la importancia del proyecto, y solicitó a la Secretaría de Cultura, Claudia Curiel de Icaza, que lo incluyera entre sus tareas prioritarias.
Claudia Curiel de Icaza señaló que crear un himno que fuera relevante y propositivo era un reto considerable. En este sentido, se formó un consejo artístico integrado por destacados expertos en música sinfónica y ópera, como Horacio Franco, Georgina Derbez, Andrea Chamizo, Charles Daniels, Ricardo Gallardo y José María Serralde. Este consejo recomendó a Marcela Rodríguez debido a su amplia trayectoria en la composición contemporánea en México.
Rodríguez, asumiendo la responsabilidad de la tarea, decidió involucrar a otras compositoras y escritoras formando la colectiva “El Ombligo de la Luna”. Este grupo trabajó en conjunto para discutir y desarrollar la propuesta musical y literaria del himno, con un enfoque en la historia, la poesía náhuatl y las diversas culturas que conforman la Ciudad de México.
Por su parte, Ingrid Gómez Saracíbar, Secretaría de las Mujeres, celebró que el himno haya sido creado en un proceso colectivo liderado por mujeres, subrayando la importancia de la inclusión y la perspectiva de género en este proyecto cultural.
El nuevo himno de la Ciudad de México representa un hito en la historia de la capital, reflejando tanto su rica herencia cultural como su espíritu contemporáneo y diverso. Esta obra busca no solo un reconocimiento oficial, sino también convertirse en un símbolo que los habitantes de la ciudad puedan cantar con orgullo.
¿A qué hace alusión el himno de la CDMX?
El himno de la Ciudad de México utiliza una lírica rica y simbólica para capturar la esencia multifacética y vibrante de la capital.
- “Ciudad de México, espejo mágico, llevas en tu nombre el ombligo de la luna”.
En este verso la ciudad es descrita como un “espejo mágico”, reflejando su capacidad de mostrar maravillas y misterios. El “ombligo de la luna” hace referencia a la traducción náhuatl de México-Tenochtitlán, significando su centralidad y conexión con la cosmología azteca.
- “Calles, serpientes, canales de fuego, de aire, de asfalto, Circulación sanguínea, movimiento perpetuo”.
Las calles y avenidas son comparadas con serpientes y canales dinámicos, reflejando el flujo constante de personas y vehículos, una “circulación sanguínea” que mantiene viva y en movimiento perpetuo a la ciudad.
- “Ciudad de México, espejo lúcido, cercado cósmico, Guerrera mística, precipicio horizontal, Turquesa, agua preciosa, tuna de piedra, nopal divino”.
Nuevamente como un “espejo lúcido”, la ciudad es un reflejo claro de sus múltiples facetas. “Cercado cósmico” apunta a su rol histórico y espiritual. “Guerrera mística” resalta su fortaleza y espiritualidad, mientras que términos como “turquesa”, “agua preciosa” y “nopal divino” evocan sus raíces y símbolos prehispánicos.
- “Nocturna, sueño latente, ciega vidente, Ciudad milagro”.
Esta línea poética sugiere una Ciudad de México que prospera tanto de día como de noche, con una vitalidad que nunca duerme. Es “ciega vidente” en tanto combina caos y visión, siendo una “Ciudad milagro” por su capacidad de inspirar y sorprender.
- “Grita, grita, águila erguida, Agua quemada, guerra florida, Vuela, vuela sigue tus rumbos, Cuatro caminos cruzan el centro. Se tuerce, se encorva, buscando su armonía”.
La imagen del “águila erguida” está conectada con la leyenda de la fundación de Tenochtitlán. “Agua quemada” y “guerra florida” remiten a elementos de la cultura y la historia mexica. Los “cuatro caminos” son una referencia a la infraestructura vial, y la ciudad que “se tuerce, se encorva, buscando su armonía” habla de su constante evolución y adaptación.
- “Ciudad de México, espejo lúcido, cercado cósmico, Guerrera mística, precipicio horizontal, Caos, caos, caos, caos es tu armonía, Orden, orden, orden desbordado, Serpiente emplumada en el segundo piso, duplicada”.
Aquí se repiten imágenes anteriores, poniendo énfasis en el “caos” que paradójicamente constituye la “armonía” de la ciudad. “Serpiente emplumada” alude a Quetzalcóatl, uniendo el pasado prehispánico con la modernidad representada en “el segundo piso” (probablemente refiriéndose a las vías elevadas).
- “Abarcas todos los colores del cosmos, En tanto dure el mundo, No acabará la fama y la gloria de Méshico, Tenochtitlán, Ciudad de México”.
Este verso finaliza con una exaltación de la diversidad cultural e histórica de la ciudad. La ciudad es eterna y gloriosa, heredera directa de la fama de México-Tenochtitlán.
En conjunto, la letra del himno es un tributo a la historia, la cultura, la vitalidad y la resiliencia de la Ciudad de México, celebrando su continuidad y su identidad única.