La artista Lyn May, conocida vedette mexicana, anunció que buscará ayuda médica en Los Ángeles para tratar las secuelas de una cirugía estética a la que se sometió años atrás. La famosa realizará este viaje con el objetivo de mejorar la condición de su rostro, afectado por la inyección de aceite en su juventud.
Durante una reciente entrevista con la revista TvNotas, Lyn May explicó que ya ha comenzado a recibir tratamientos para eliminar las “bolitas” que se han formado en su rostro debido al aceite inyectado.
“Voy a ir a Los Ángeles a ver un doctor para que me arregle bien mi carita”, comentó la vedette.
En dicha entrevista, Lyn May enfatizó la mejora que ha experimentado gracias a las intervenciones médicas que ha recibido hasta el momento.
“Ahorita, con la ayuda de un médico que me ha estado quitando las bolitas, estoy mucho mejor. La gente me acepta como soy”, agregó.
Adicionalmente, la artista reveló que está evaluando la posibilidad de someterse a una nueva cirugía para colocar implantes en el pecho, aunque aún no ha tomado una decisión definitiva al respecto. Explicó que retiró los implantes anteriores porque deben ser reemplazados cada diez años y actualmente disfruta de la naturalidad que le permite su busto pequeño en el escenario.
“Hago maromas, brinco y puedo saltar más porque no me pesan. Me veo más natural”, señaló, “pienso en volver a ponerme busto. Me quité las prótesis porque se tienen que cambiar cada 10 años. Ahorita tengo mi busto, que es pequeño”.
Lo que “marcó” a la vedette mexicana
Lyn May ha revelado los graves efectos que un tratamiento estético no regulado tuvo en su vida. La vedette mexicana, conocida por su carrera en el teatro Blanquita, compartió que a los 25 años fue engañada para inyectarse una sustancia que supuestamente era colágeno, pero que en realidad era aceite, resultando en serias alteraciones en su rostro.
Este tratamiento estético, realizado durante su juventud, le causó profundas afectaciones estéticas y emocionales. May comentó que un grupo de mujeres le había recomendado el procedimiento para mejorar sus pómulos, sin embargo, la sustancia inyectada trajo consecuencias devastadoras.
La vedette describió su lucha interna y el deterioro de su bienestar emocional a raíz de los cambios en su apariencia. En su testimonio, May admitió haber experimentado pensamientos suicidas debido al impacto negativo sobre su imagen, lo que fue especialmente difícil de sobrellevar en el momento cumbre de su carrera artística.
A pesar del trauma, Lyn May encontró apoyo en el baile y su trabajo, lo cual fue fundamental para su recuperación. Además, señaló la importancia de la ayuda psicológica que recibió durante años, permitiéndole aceptar y quererse nuevamente. El tratamiento profesional le dio esperanza de que su apariencia mejoraría con el tiempo.