En menos de 48 horas, Puebla fue escenario de dos casos de linchamiento: uno ocurrido en San Jerónimo Coyula, Atlixco y otro más en Tianguistenco, Huejotzingo. Con estos nuevo hechos, la entidad ya suma tres situaciones de este tipo en lo que va de 2024 y al menos 26 desde 2019.
Así lo informó la Fiscalía General del Estado (FGE) durante la tarde del 13 de junio. En conferencia de prensa, el titular de la dependencia, Gilberto Higuera Bernal explicó que los linchamientos son una forma de actuación que en Puebla son tipificados como homicidios calificados, por lo que son los encargados de investigarlos.
También dio a conocer que, de acuerdo con los registros institucionales de procuración de justicia, entre 2019 y lo que va del año, distintos grupos de pobladores han provocado lesiones o la pérdida de la vida de personas en 26 ocasiones:
- Ocho, en 2019.
- Siete, en 2020.
- Dos, en 2021.
- Dos, en 2022.
- Cuatro, en 2023.
- Tres, en 2024.
“Estas son conductas en las cuales habitantes realizan acciones propias de la autoridad, como lo es detener a personas. Y otras que no son propias ni de la autoridad, ni de los ciudadanos, que es lastimar, lesionar o privar de la vida a personas por la presunta comisión de delitos; esto que se ha pasado a llamar justicia por propia mano”, explicó.
Por su parte, resalta que 21 municipios de Puebla han registrado algún caso de este tipo, pero destacan:
- Puebla (capital).
- San Martín Texmelucan.
- San Salvador Huixcolotla.
- Juan C. Bonilla.
- Tlacotepec de Benito Juárez.
- Municipios aledaños.
En la mayoría de los linchamientos en esta entidad se utilizan objetos contundentes y material flamante. En menor medida se hace uso de las armas de fuego.
Cuál es la pena por participar en un linchamiento
El linchamiento es un acto de violencia colectiva en el que un grupo de personas decide tomar la justicia por sus propias manos, agrediendo física o verbalmente a un individuo acusado de cometer algún delito o infracción. Este fenómeno social ocurre con frecuencia en contextos donde la confianza en las instituciones de seguridad y justicia es baja, y se percibe una impunidad generalizada.
El linchamiento puede variar en intensidad, desde golpes y agresiones menores hasta actos extremos de violencia que pueden culminar en la muerte de la víctima. Las motivaciones para participar en un linchamiento pueden incluir la percepción de injusticia, el deseo de venganza, el rechazo social hacia el acusado, o la creencia de que las autoridades no actuarán con la celeridad o eficacia necesarias.
Históricamente, los linchamientos se han presentado en múltiples culturas y épocas. En algunos casos, han sido utilizados como una herramienta de control social y racial. En América Latina contemporánea, los linchamientos son más comunes en áreas rurales o barrios marginales, donde la presencia del Estado suele ser débil.
En México, aunque el artículo 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que nadie puede hacerse justicia por propia mano, los actos de linchamiento no están tipificados o definidos bajo un tipo penal específico; por lo que no hay una pena específica por participar en uno.
Sin embargo, las acciones que constituyen un linchamiento pueden ser sancionadas bajo diversos delitos según las circunstancias y los actos cometidos durante el evento, tales como homicidio, lesiones, daño en propiedad ajena, privación ilegal de la libertad, entre otros.
Por ejemplo, en el caso del delito de lesiones, los partícipes serán acreedores a una sentencia que puede oscilar desde meses hasta años de prisión, dependiendo de la gravedad de las mismas; mientras que, en caso de la pérdida de vida de la o el linchado, se puede alcanzar una pena que va desde los ocho hasta los 50 años de prisión. La sanción varia según las circunstancias del caso y la legislación del estado donde se cometió el delito.
No obstante, la persecución de crímenes puede ser complicada por la dificultad de identificar a los participantes y la necesidad de procesar judicialmente cada caso individualmente.
¿Qué ocurrió en Atlixco y Tianguistenco?
Durante la madrugada del martes 11 de junio, al menos 200 integrantes de la junta auxiliar de San Jerónimo Coyula, Atlixco, golpearon y prendieron fuego a cuatro hombres por presuntamente dedicarse al robo de vehículos en la zona. También retuvieron a una mujer supuestamente involucrada en los hechos, quien horas más tarde fue liberada.
Por su parte, horas más tarde, en Tianguistenco, Huejotzingo, pobladores persiguieron y asesinaron a un hombre al que señalaron como participe del secuestro de una maestra. El presunto criminal fue localizado mientras conducía un vehículo tipo Beetle, mismo en el que le prendieron fuego, causándole la muerte.
Según informó la Secretaría de Seguridad Pública, Tránsito y Protección Civil, la docente fue ubicada más tarde en Tlaxcala. “Se informa que la fémina tiene buen estado de salud y ya se encuentra con sus familiares”, precisó la dependencia.