“La coalición entre Morena y el Cártel de Sinaloa no terminó en 2018, continuó y está documentado”, aseguró la periodista Anabel Hernández en entrevista para Infobae México, al grado de que durante el Gobierno de Claudia Sheinbaum, la Ciudad de México se convirtió en una especie de bodega del Cártel de Sinaloa.
La última investigación de la periodista experta en temas de narcotráfico -especialmente del Cártel de Sinaloa-, tiene como columna vertebral el presunto financiamiento que la organización criminal le entregó al actual presidente para sus campañas presidenciales en 2006, 2012 y 2018, pero que se habrían mantenido hasta las elecciones de 2021.
En enero de este año Anabel Hernández publicó una columna en el medio DW, en ella hace referencia a los documentos que pudo revisar y que confirman una investigación que la Agencia para el Control de Drogas (DEA) abrió entre 2010 y 2011, por la entrega de entre 2 y 4 millones de dólares del Cártel de Sinaloa al equipo de AMLO para su primera campaña presidencial, la misma que perdió en las urnas contra Felipe Calderón.
En ese texto la periodista apunta que la DEA y la Fiscalía de Distrito Sur de Nueva York prefirieron cerrar la investigación por varias razones: aún faltaba tiempo para que la investigación tuviera sus frutos; AMLO era el principal líder de oposición y estaba apunto de lanzarse de nueva cuenta como candidato a la Presidencia; y el delito que le podrían atribuir estaba a punto de prescribir. Sin embargo...
AMLO y el Cártel de Sinaloa
“De eso trata el libro, no sólo de AMLO, sino de este partido (Morena) que, como quiera que sea, es el que lo lleva al poder, y cómo López Obrador estuvo recibiendo dinero ilícito del Cártel de Sinaloa para financiar su campaña de 2006, 2012 y 2018 y, ojo, en la elección intermedia del 2021, es decir, esos nexos, esa coalición entre Morena y el Cártel de Sinaloa no terminó”.
Anabel Hernández asegura que las pruebas de la DEA respecto al financiamiento del Cártel de Sinaloa a la campaña de AMLO eran (son si no se han destruido) sólidas, sin embargo, no tenían certeza sobre si el ahora Presidente sabía o había participado en la entrega del dinero:
“A finales de 2011 y principios de 2012 la Consultoría en Análisis de riesgos (SARC) decidió cerrar la investigación y así evitar que se acusara al gobierno de Estados Unidos de intervenir en los comicios”, fragmento del libro AMLO y el Cártel de Sinaloa: la historia secreta.
La periodista recalca que la información incluida en su libro le fue proporcionada por los mismos personajes -ni prófugos de la justicia ni miembros del Cártel de Sinaloa- que fungen como testigos colaboradores del Departamento de Justicia de Estados Unidos, cuyas autoridades deben tener “volúmenes de información sobre AMLO, Morena, (Omar) García Harfuch y sobre el gobernador (de Sinaloa) Rubén Rocha Moya”.
“Es una desgracia que del partido Morena y de la gran mayoría de sus gobernadores en turno se pueda escribir una narcobiblioteca”.
Claudia Sheinbaum, la primera presidenta de México
Anabel Hernández recordó que en los últimos años el gobierno de Estados Unidos intensificó su batalla contra el tráfico de drogas -centrándose en el trasiego de fentanilo, una droga que según reportes de la DEA cobró la vida de más de 200 mil personas en los últimos tres años-; sin embargo, a pesar de los señalamientos sobre la producción de fentanilo en México y la diana que el Departamento de Justicia y la DEA pusieron sobre Los Chapitos, el presidente López Obrador siguió negando que el poderoso opioide se fabricara en el país.
“López Obrador ha tratado de negar durante todo su sexenio que existe fentanilo, que el fentanilo se produce en México. Sabemos, por datos de Guacamaya Leaks y reportes de la Sedena, de la incautación de millones de píldoras de fentanilo en Sinaloa: el encubrimiento de AMLO no es sólo para encubrir a Los Chapitos, es para encubrirse a sí mismo”.
Una parte del libro AMLO y el Cártel de Sinaloa: la historia secreta está sustentada en una entrevista a Dámaso López Serrano, alias “El Mini Lic”, quien afirmó que en la campaña presidencial de 2012, mientras Joaquín El Chapo Guzmán destinaba millones de dólares a la campaña de Enrique Peña Nieto, sus hijos (Los Chapitos) hacían lo propio con AMLO.
La investigación de Anabel Hernández refiere que los pactos que se forjaron en 2006 se mantuvieron a lo largo de las otras dos campañas presidenciales de AMLO y hasta las elecciones intermedias de 2021; además recalca que la Ciudad de México se convirtió en el principal centro de operaciones de José Ángel Zazueta Rivera, alias “El Flaco”, un operador de Ismael El Mayo Zambada bajo la lupa del Departamento de Justicia estadounidense.
De acuerdo con las fuentes de la periodista, el gobierno de Claudia Sheinbaum -ganadora de las elecciones presidenciales del 2 de junio- no sólo estaba al tanto de las operaciones de “El Flaco, sino que hasta llegaron a cobrar, en especie, por regresar un cargamento de 40 kilos de cocaína decomisado por la policía capitalina.
“Aunque la señora Claudia Sheinbaum presume datos de seguridad, la realidad es que la Ciudad de México durante su gobierno era una especie de bodega del Flaco y de El Mayo (Zambada), y de otros integrantes del Cártel de Sinaloa: una de ellas en la colonia Roma”.
Claudia Sheinbaum ha sido una política inseparable del actual presidente Andrés Manuel López Obrador: estuvo en su gabinete cuando él fue Jefe de Gobierno; se mantuvo a su lado con él cuando fundó el partido Morena y, cuando AMLO apareció en las boletas electorales como candidato presidencial, Claudia Sheinbaum aprovechó su imagen para catapultarse al gobierno de la Ciudad de México. Para Anabel Hernández la próxima presidenta de México continuará con la política de su tutor: “Abrazos y no balazos hacia el crimen organizado”.