En un emotivo encuentro lleno de nostalgia y recuerdos, Don Manuel Hernández Álvarez, un exmaquinista de 99 años, tuvo la oportunidad de saludar a su antigua amiga, la locomotora de vapor “La Emperatriz”.
Con una carrera de 60 años en Ferrocarriles Nacionales de México, Manuel trabajó incansablemente como soldador y ayudante de mecánico en San Luis Potosí y Monterrey, dejando una hulla imborrable en la historia del ferrocarril mexicano.
El encuentro entre Manuel y “La Emperatriz”, en vísperas de su centenario, le permitió revivir la emoción del característico sonido del tren, mientras recibía el reconocimiento y el cariño de la gente que lo acompañaba.
“Es como encontrarme con un viejo amigo”, expresó Manuel con emoción, mientras contemplaba la imponente presencia de la locomotora que había sido parte fundamental de su vida laboral.
La locomotora de vapor Empress 2816, también conocida como “La Emperatriz”, es una auténtica joya del ferrocarril. Fabricada en 1930 por la empresa Montreal Locomotive Works, esta majestuosa máquina es una locomotora tipo Hudson (4-6-4), representativa de la época dorada del ferrocarril.
Después de años de servicio, la “La Emperatriz” ha sido restaurada para realizar su último viaje a sus 94 años de edad. Este viaje histórico, denominado “Final Spike Steam Tour”, cruza Canadá, Estados Unidos y México, convirtiéndose en el primer tren de vapor en completar una ruta transnacional.
El viaje de “La Emperatriz” comenzó el 24 de abril en Calgary, Canadá, y ha sido recibido con entusiasmo en cada localidad que ha visitado. En México, la locomotora atravesó estados como Nuevo León, San Luis Potosí e Hidalgo, antes de llegar a la Ciudad de México en junio.
Este encuentro entre Manuel Hernández Álvarez y “La Emperatriz” es un recordatorio conmovedor del legado y la importancia cultural que tienen los ferrocarriles en la historia de México y del mundo.