En un mundo cada vez más digitalizado, las transacciones financieras están evolucionando rápidamente, y con ellas, las preocupaciones sobre la seguridad de nuestros datos.
En el último informe emitido por la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), se destaca un cambio significativo en el panorama de las transacciones con tarjetas de crédito y débito: la creciente adopción de tecnología contactless, que permite realizar pagos sin la necesidad de ingresar el Número de Identificación Personal (NIP).
La tecnología contactless, impulsada por el protocolo de comunicación de campo cercano (NFC), está revolucionando la forma en que realizamos compras.
Al deslizar o acercar la tarjeta a la terminal bancaria, se completa la transacción de manera rápida y eficiente, eliminando la necesidad de ingresar el NIP. Esta conveniencia, sin embargo, plantea interrogantes sobre la seguridad de nuestras transacciones financieras.
Si bien es cierto que el uso del NIP proporciona una capa adicional de seguridad, especialmente en transacciones de alto valor, la realidad es que cada vez más establecimientos están optando por no requerirlo en ciertas compras.
¿En qué compras no se usa el NIP?
Las diversas unidades económicas donde no requieren el NIP, es en las compras menores a 300 pesos. Esta tendencia, aunque agiliza el proceso de pago y mejora la experiencia del cliente, también plantea preocupaciones sobre posibles vulnerabilidades en la seguridad.
Las entidades financieras y bancarias como BBVA, Banco Azteca, HSBC, Santander, Banorte, y Citibanamex, entre otras, han implementado políticas diversas con respecto al uso del NIP en transacciones contactless. Sin embargo, es crucial que los consumidores estén informados sobre las medidas de seguridad específicas de su institución financiera, las cuales suelen detallarse en el contrato al adquirir un producto financiero.
La decisión de eliminar el requisito del NIP en transacciones menores se basa en una evaluación del riesgo financiero, tanto para el banco como para el consumidor. Con transacciones de bajo valor, el riesgo de fraude se considera relativamente bajo, lo que justifica la simplificación del proceso de pago.
A pesar de las garantías proporcionadas por las entidades financieras, los consumidores deben ser conscientes de los posibles riesgos asociados con las transacciones sin contacto. La tecnología NFC, si bien ofrece conveniencia, también puede ser susceptible a la clonación de tarjetas y otros ataques cibernéticos.
Por tanto, la seguridad de nuestras transacciones sigue siendo una prioridad. La Condusef, además de detallar las compras en las que ya no es necesario utilizar el NIP, también proporciona recomendaciones para proteger nuestra información sensible.
Entre estas recomendaciones se incluyen la activación de alertas de transacciones, el monitoreo regular de los estados de cuenta y el uso de servicios de protección contra fraudes ofrecidos por las instituciones financieras.