Si alguna vez has viajado a Mérida, Yucatán, seguramente has probado uno de los postres más típicos de la región, las famosas Marquesitas, mismo que durante los últimos años, logró tomar popularidad en diferentes estados de la República Mexicana.
Las marquesitas son un emblemático postre mexicano que ha capturado los corazones y paladares de locales y turistas por igual. Originarias de la península de Yucatán, estas delicias dulces combinan una base crocante con un relleno que puede ser tanto dulce como salado, ofreciendo una experiencia gastronómica versátil y deliciosa. Este tentador postre nació en la década de los 30 en Mérida, capital yucateca.
Según la historia local, a un heladero se le ocurrió la idea de crear algo diferente durante la temporada invernal, cuando las ventas de helado disminuyen. Así, utilizando los mismos ingredientes de los barquillos de helado, inventó las marquesitas, que pronto se convirtieron en un éxito rotundo.
El proceso de preparación de las marquesitas comienza con una mezcla de masa similar a la de los crepas. Esta masa se extiende sobre una plancha especial y se cocina hasta que queda dorada y crujiente. A diferencia del platillo antes mencionado, las marquesitas se enrollan una vez cocidas, creando un cilindro crujiente que recuerda a un barquillo. Aunado a ello, la magia de las ‘Crepas en rollo’ reside en su relleno, que puede ser personalizado al gusto del comensal.
Ingredientes y sabores
La opción más tradicional es el relleno de queso de bola (queso Edam), que le aporta un contraste salado al exterior dulce y crocante del barquillo. Sin embargo, las posibilidades de relleno son infinitas. Algunas de las combinaciones más populares incluyen cajeta (dulce de leche), nutella, mermeladas, y frutas como plátano y fresa.
También es común ver rellenos más innovadores como crema de cacahuate, leche condensada y hasta rellenos salados como jamón o queso crema. Las marquesitas no solo son un postre delicioso; también son una experiencia cultural. Son prácticamente indispensables en las ferias, parques y plazas de Yucatán y otros estados del sureste mexicano.
Ver la preparación de una marquesita es presenciar un arte culinario en acción: el cocinero extiende la masa, la cocina a la perfección y añade el relleno según el gusto del cliente, todo en cuestión de minutos. Como ya se mencionó, este postre ha traspasado fronteras y se ha popularizado en otros estados de México e incluso en otros países.
La versatilidad de las marquesitas permite que haya una versión para cada paladar, desde quienes prefieren algo muy dulce hasta aquellos que buscan un bocado más balanceado con un toque salado. Si tienes la oportunidad de probar una, no dudes en hacerlo y descubre por qué esta delicia yucateca ha conquistado a tantos.