Cómo comportarse en un restaurante para dejar una buena impresión y qué dicen las reglas de etiqueta sobre el tema

Seguir estas normas puede ayudarnos a evitar cualquier situación vergonzosa en alguna cena o evento

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Conocer estas normas de etiqueta nos pueden ayudar cuando visitemos un restaurante. (Andrea Piacquadio: Pexels)
Conocer estas normas de etiqueta nos pueden ayudar cuando visitemos un restaurante. (Andrea Piacquadio: Pexels)

Puede que las normas de etiqueta parezcan fuera de moda o anticuadas, ya que hoy en día los ambientes se han relajado bastante e incluso hay muchas que han caído en desuso. Sin embargo, no debemos hacerlas de menos, ya que pueden ayudarnos a salir de algún apuro y servirán para guiarnos en situaciones que lo requieran.

Por ejemplo, cuando vamos a un restaurante de lujo se espera que el servicio, la comida y, por supuesto, nuestros modales también lo sean. Saber cómo colocar la servilleta o dónde colocar nuestras pertenencias son dudas que las normas de etiqueta nos ayudan a solucionar.

El Manual de Carreño tiene un apartado específico para saber qué hacer en este tipo de situaciones. Escrito en 1853, este libro contiene más de 200 páginas llenas de recomendaciones y sugerencias sobre cómo comportarse de acuerdo a las reglas de etiqueta en diversas situaciones.

Cómo ser un comensal de primera

Si estamos en un restaurante con amigos ofrezcamos pagar la cuenta. (Andrea Piacquadio: Pexels)
Si estamos en un restaurante con amigos ofrezcamos pagar la cuenta. (Andrea Piacquadio: Pexels)

Estas normas pueden ser una guía útil para saber cómo conducirnos en un restaurante y lo que por ningún motivo debemos hacer, ya que podría ser mal visto y dañar nuestra imagen.

  • Cuando nos encontremos en una fonda o restaurante, jamás paguemos lo que se haya servido a una persona con quien no tengamos amistad, pues esto, lejos de ser un obsequio, es un acto incivil y hasta cierto punto ofensivo.
  • Cuando ocasionalmente nos encontremos en un restaurante con amigos nuestros y tomemos junto con ellos alguna cosa, sin invitación especial de ninguno, procuraremos ser nosotros los que paguemos; sin llamar para ello la atención de modo alguno, a fin de que no se crea que sólo hemos querido afectar generosidad, ofreciendo a otros la ocasión de acudir a relevarnos del pago.
  • Se considera de muy mal gusto que una persona se excuse de la mesa cuando llega el momento de pagar la cuenta.

Aunque la invitación haya sido por algún amigo o conocido es un acto de buena educación ofrecernos a pagar la cuenta o por lo menos nuestro consumo.

  • No se considera correcto ofrecer en un restaurante comidas ni bebidas a personas que no sean de nuestra amistad.

Al no tener la suficiente confianza esto puede ser algo que incomode a la persona, ya que se considera un acto íntimo.

  • Cuando una persona llega a un restaurante debe sentarse inmediatamente.

A diferencia de cuando vamos de visita a la casa de algún conocido, en un restaurante debemos ocupar nuestro lugar en cuanto lleguemos. Debemos recordar que al sentarnos, la servilleta debe ir en el regazo, si esta tiene algún aro debemos colocarlo del lado izquierdo de nuestro plato.

La servilleta debe permanecer en nuestro regazo mientras comemos. (Pxhere, Creative Commons)
La servilleta debe permanecer en nuestro regazo mientras comemos. (Pxhere, Creative Commons)
  • Para levantarnos de la mesa, esperemos a que se ponga de pie la persona que la preside; a menos que por algún accidente tengamos que retirnarnos antes, lo cual no haremos, sin embargo, sin manifestar a los demás que la necesidad nos obliga a ello.

De preferencia mantengamos nuestros celulares en nuestras bolsas y no lo pongamos sobre la mesa. En caso de recibir una llamada urgente podremos excusarnos y salir a atenderla por un momento. Cuando tengamos que ir al baño no debemos anunciarlo a los presentes.

  • En los restaurantes, con excepción de los casos en que nos encontremos en reuniones de invitación, podemos levantarnos siempre libremente, sin esperar a que otros lo hagan primero, y sin excusarnos con nadie cuando tengamos que hacerlo durante la comida.

El manual que nunca pasa de moda

El pedagogo venezolano Manuel Antonio Carreño y su Manual de Urbanidad y Buenas Maneras publicado en 1875. (Wikimedia Commons dominio público)
El pedagogo venezolano Manuel Antonio Carreño y su Manual de Urbanidad y Buenas Maneras publicado en 1875. (Wikimedia Commons dominio público)

El Manual de Urbanidad y Buenos modales, mejor conocido como Manual de Carreño, fue escrito por Manuel Antonio Carreño Muñóz en 1853. Carreño fue un músico, diplomático y pedagogo nacido el 17 de junio de 1812 en Caracas, Venezuela. También es conocido por ser padre de la prestigiosa pianista Teresa Carreño, quien comenzó su carrera a los 8 años y ofreció más de 5 mil conciertos a lo largo de su vida.

Carreño tradujo al castellano obras como Catecismo razonado, histórico y dogmático del abate Thériou, y la Introducción al método para estudiar la lengua latina de Jean-Louis Burnouf; sin embargo, el manual fue su obra más destacada. En ella, ofrece una guía para que una persona puede comportarse correctamente en distintas situaciones, como la casa, el trabajo, con los vecinos, en la iglesia, entre otras.

Para los editores de Colección Bicentenario Carabobo de este libro, su manual significa “una obra de vocación e intención políticas; es el esfuerzo de un hombre público que quiso contribuir a mantener vivo el espíritu de élite con un sentido republicano –cuidando al máximo la profesión de la fe católica– y orientando por el interés de socializar la urbanidad”

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