¿Las altas temperaturas aumentan las turbulencias? Esto dice la UNAM

Las turbulencias son movimientos irregulares del flujo de aire que afectan la estabilidad de los aviones al generar movimientos ascendentes y descendentes sobre las aeronaves durante los vuelos. Este tipo de fenómenos incluso pueden producirse de manera inesperada cuando el cielo pareciera estar en calma, por lo que les denomina “turbulencias de aire despejado”.

Además de la antes mencionada, existen tres tipos de turbulencias capaces de presentarse durante un viaje: la mecánica, de estela y la térmica, capaces de identificarse, en la mayoría de las veces, con anticipación; sin embargo, a pesar de los pronósticos meteorológicos que buscan prevenir a los pilotos de la generación de estos fenómenos, es común que su ubicación sea imprecisa, sobre todo con aquellas que se producen en condiciones normales.

Ante este hecho, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) realizó una publicación en la que Francisco Estrada Porrúa, investigador del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de esta institución, habló de los riesgos que representa la aparición de turbulencias de aire despejado, ya que son las más peligrosas debido a que los pilotos no pueden anticiparlas ni advertir con tiempo a los pasajeros para que tomen medidas precautorias.

En un estudio británico publicado en 2023 en la revista Geophysical Research Letters de la Universidad de Reading, se demuestra que en 40 años el periodo de turbulencias experimentadas durante los vuelos ha aumentado el todo el mundo. Por lo anterior, Estrada Porrúa afirmó que en estudios recientes se demostró que uno de los factores influyentes en este incremento es el cambio climático.

El aumento de las temperaturas causado por el cambio climático, provoca que a altitudes de 10 mil metros, donde vuelan los aviones, haya diferencias significativas en el registro del calentamiento “lo que contribuye a la aparición de tales turbulencias”, según el experto de la UNAM.

Asimismo, Estrada señaló que la diferencia de temperaturas registradas en las zonas polares y los trópicos afectan las corrientes atmosféricas, que son esenciales para la navegación aérea tanto como la corriente en chorro, que son flujos de aire ubicados en las latitudes altas del hemisferio norte y que ayudan a los aviones a ahorrar combustible y volar más rápido a causa de las velocidades de entre 200 y 300 kilómetros por hora que puede alcanzar.

Según lo expresado por Francisco Estrada Porrúa, el calentamiento global afecta la corriente en chorro al acelerarla debido a la diferencia de temperaturas registradas en la Tierra, específicamente a altitudes en las que vuelan las aeronaves, por lo que este efecto puede causar turbulencias. Es por esto que el aumento de temperaturas provoca que se generen con mayor frecuencia y severidad las turbulencias de aire despejado.

“Imaginemos a esta última como un río rápido que fluye junto a una masa de aire más lenta o estacionaria. Esta diferencia de velocidad crea fricción y genera turbulencias invisibles, ya que no están asociadas a nubes o tormentas que se puedan ver”, afirmó el experto.

Asimismo, Estrada señaló que el cambio climático es capaz de afectar los patrones de viento, tal como lo afirmó el estudio británico antes mencionado, en el que se demostró un aumento del 55 por ciento de las turbulencias de aire despejado, por lo que representa un problema para los aviadores y los pasajeros, ya que al generarse de manera repentina no se pueden prevenir sus posibles efectos.

“Si el calentamiento global continúa al ritmo actual, la frecuencia de estas turbulencias seguirá incrementándose. Esto obligará a la aviación a buscar rutas alternativas para evitar zonas de alta turbulencia, lo que resultaría en vuelos más largos y un mayor consumo de combustible”, afirmó.

Esta situación representa un reto para la aviación al exigir nuevas medidas para diseñar e implementar nuevas tecnologías capaces de predecir las posibles turbulencias de aire despejado y, de esta manera, disminuir los riesgos que ellas presentan al no ser posible detectarlas con anticipación. Por su parte, Estrada Navarro señaló que lo más importe es portar el cinturón de seguridad durante todo el vuelo para evitar lesiones en caso de presentarse algún tipo de turbulencia.