Arturo Beltrán Leyva, en ese entonces un joven narcotraficante poco conocido en todo México, estuvo a punto de ser detenido por las autoridades cuando se encontraba en la ciudad de Escobedo, Nuevo León, sitio en el que fungía como líder de una célula criminal del Cártel de Juárez.
Un avión Hawker 125-1A procedente de Acapulco, Guerrero, aterrizó la noche del 16 de mayo de 2001 en el Aeropuerto del Norte, de la ya mencionada demarcación de Nuevo León.
Minutos después, un destacamento de soldados de la comandancia de zona detuvo al piloto, copiloto y dos hombres nacidos en Sinaloa.
“Un avión Hawker 125-1A aterrizó la noche del 16 de mayo de 2001 en el Aeropuerto del Norte, en Escobedo, Nuevo León. El destacamento de soldados de la comandancia de zona llegó minutos después. El piloto y el copiloto de la aeronave procedente de Acapulco, Guerrero, fueron detenidos junto con dos hombres nacidos en Sinaloa. Otras tres personas que también formaban parte de la tripulación habían logrado evitar el cerco militar, escapando misteriosamente con la ayuda de empleados de la terminal aérea usada exclusivamente para aterrizaje de aeronaves de carga y privadas. Uno de los sujetos que había logrado escapar en esa ocasión, de acuerdo con informes de la inteligencia castrense, era el operador del cártel de Juárez en Nuevo León, en ese entonces poco conocido en el ámbito local y nacional: Arturo Beltrán Leyva”, se lee en el libro ‘La Guerra de Los Zetas’, del periodista Diego Enrique Osorno.
El operativo militar se desplegó rápidamente tras el aterrizaje de la aeronave en la terminal aérea, usada exclusivamente para aterrizajes de carga y vuelos privados.
De acuerdo con información de la inteligencia castrense, tres miembros de la tripulación lograron escapar con ayuda de empleados del aeropuerto.
Entre los fugitivos estaba un operador del cártel de Juárez en Nuevo León, Arturo Beltrán Leyva, quien en ese entonces era poco conocido tanto a nivel local como nacional. Dicha fuga agregó complejidad al caso, ya que evidenciaba una conexión entre el cártel y personal del aeropuerto.
La operación resalta no solo la captura y fuga de individuos relacionados con actividades ilícitas, sino también la infiltración del narcotráfico en instalaciones aéreas aparentemente restringidas a usos comerciales específicos.
Pues cabe mencionar que la mayoría de los capos, siempre tienen controlados los sitios donde se mueven, es por ello que a su arribo al aeropuerto, ‘Don Arturo’ pudo escapar sin problema alguno.