México es un país de indudable riqueza histórica por su pasado prehispánico y colonial, recordado hasta la actualidad por las edificaciones y restos arqueológicos que dan cuenta de sucesos ocurridos mucho tiempo atrás.
Entre los cientos de sitios con una rica historia está “el lugar donde se comieron a los señores”, recordado por su importancia en la sociedad precolonial y por el rol que tuvo durante la Conquista.
Su nombre real es Tecoaque-Zultepec y se ubica en el municipio de Calpulalpan, Tlaxcala, en el ejido de San Marcos Guaquilpan, a la altura del kilómetro 35 de la carretera libre México-Veracruz.
La razón por la que es conocido también como “el lugar lugar donde se comieron a los señores”, se relaciona con el sacrificio de españoles que hubo ahí en junio de 1520.
Algunas de las personas sacrificadas fueron comidas, según mencionó Hernán Cortés en las Cartas de Relación que envió al rey Carlos I de España. Otras fuentes que respaldan esta versión son el Códice Xolotl, así como obras de los cronistas Bernal Díaz del Castillo y Francisco López de Gómara.
La Secretaría de Cultura explica que la razón por la que habitantes de Tecoaque comieron a la gente a la que sacrificaron fue la búsqueda de la “transmutación de su energía”.
En un artículo dedicado a Tecoaque-Zultepec, la revista especializada Arqueología Mexicana detalla que pobladores de este asentamiento capturaron a españoles e indígenas aliados y luego los comieron en un intento por unir el poder de los extranjeros y los enemigos locales al suyo. También creían que de esta forma lograrían una relación con los dioses que les permitiría mantener equilibradas las fuerzas cósmicas de su mundo.
La misma fuente señala que era un grupo de rezagados, con algunos enfermos, que llevaba consigo algunas pertenencias de Hernán Cortés, entre ellas las que arrebató a Pánfilo de Narváez después de vencerlo.
Sin embargo, no hay consenso sobre su procedencia, ya que el Insituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) señala que eran parte de la fuerzas de Narváez.
Como prueba del sacrificio quedaron restos óseos de hombres, mujeres y niños españoles, negros y mulatos, de acuerdo con el INAH
Tecoaque-Zultepec antes de la Conquista de México
Antes de este suceso, el lugar llevaba el nombre de Zultépec. Se trataba de un poblado acolhua con un importante rol en el control de las rutas comerciales de la Triple Alianza (Tlacopan, Texcoco y Tenochtitlan).
Su injerencia en el comercio se debía a su posición geográfica privilegiada en la cuenca del valle de México y a que controlaban los llanos de Apam. De ahí que el paso de mercancías a Teotihuacan, Texcoco y Tenochtitlan (en la época de apogeo de cada pueblo) dependiera en gran parte de ellos.
Hasta hoy prevalecen algunos de sus templos, en los que rendían culto a Ehécatl-Quetzalcóatl (dios del viento), Tláloc (dios de la lluvia), Mictlantecuhtli (dios de la muerte) y y Mayahuel (dios del maguey).
De las estructuras preservadas destaca la dedicada a Ehécatl-Quetzalcóatl, con su característica forma circular.
El sitio arqueológico puede ser visitado de martes a sábado en un horario de 10:00 a 15:00 horas. La entrada es libre y, además de las estructuras, es posible ver otros vestigios en el Museo de Sitio de Tecoaque.
Para llegar desde la Ciudad de México se debe tomar la carretera libre México-Veracruz y en el km 35 seguir por la desviación hacia el ejido de San Marcos Guaquilpan.