Sergio Carmona, conocido como el “Rey del Huachicol”, se presentaba como un empresario interesado en expandir sus contratos de obra pública en estados gobernados por Morena. Utilizaba sus conexiones para demandar fuertes sumas de dinero a sus interlocutores, con quienes se reunía en restaurantes exclusivos de San Pedro Garza García y Polanco en la Ciudad de México, destacando su preferencia por la Cantinetta del Becco en Santa Fe debido a su cercanía con el aeropuerto de Toluca.
Así lo asegura el periodista Carlos Loret de Mola en su columna Historias de Reportero de este martes, titulada El Becco de Santa Fe, el Rey del Huachicol y Mario Delgado.
Carmona relataba abiertamente cómo Mario Delgado empleaba su avión privado como vehículo de campaña y cómo otros miembros del gabinete lo solicitaban para impresionar a sus parejas. Además, confesaba haber inyectado millones de pesos en efectivo en varias candidaturas ganadoras de Morena, según fuentes consultadas por algunos medios, señaló Loret de Mola.
El destino trágico de Carmona llegó cuando fue asesinado en una barbería de San Pedro, Nuevo León. Su círculo cercano sugiere que fue el gobierno quien ordenó su muerte para silenciarlo. Mario Delgado y Carmona han vuelto a ser centro de atención política desde que una candidadata presidencial opositora resaltó este hecho, reabriendo viejas heridas en Morena.
En medio de una creciente ola de acusaciones contra Delgado, emergen otros nombres importantes. Ricardo Peralta, ex director de aduanas, ha dejado su cargo bajo acusaciones de colusión con el crimen, amparado según algunos por la administración del presidente López Obrador. Junto a él, sus operadores Juan Carlos Madero y César Reyna, distribuyeron las estaciones aduaneras del norte del país entre ellos.
Con el tiempo, Madero y Reyna dejaron sus puestos directamente relacionados con aduanas, pero persisten bajo sospechas graves, según diversas fuentes, explica el comunicador.