Durante los días calurosos las personas buscan la mejor opción en cuanto a bebidas para poder refrescarse, por lo que una de las más populares para estas ocasiones es el agua mineral.
El agua mineral contiene minerales u otras sustancias disueltas, entre las que se incluyen sales, compuestos sulfurosos y gases. Cabe mencionar que el agua mineral puede ser producida de modo artificial y natural.
Tres tipos de agua mineral
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) reveló que existen tres tipos de agua mineral similares, las cuales son la mineral natural, agua con gas y agua mineralizada.
Por su parte, el agua mineral natural es extraída del subsuelo y se mineraliza de manera natural, ya que proviene de lo que es conocido como manantial mineral.
El agua mineral gasificada es adicionada con gas carbónico de procedencia casi siempre volcánica, este le da un sabor ligeramente ácido y una particular estimulación de las papilas gustativas.
El agua mineralizada contiene minerales añadidos que ayudan a enriquecer sus propiedades como lo son el magnesio o el calcio.
¿Es bueno consumir agua mineral?
Profeco dio a conocer que el consumo del agua mineral puede llegar a tener diversos beneficios para la salud; sin embargo, se recomienda moderar su consumo, debido a que beberla en exceso podría generar problemas de salud.
Entre algunos de los beneficios a la salud que puede tener consumir este tipo de agua se encuentra que contribuye a mantener una hidratación correcta, además de que los minerales que contiene pueden ayudar a contribuir a la salud ósea, muscular y cardiovascular.
Fue por medio de la Revista del Consumidor que Profeco compartió cuáles son los efectos secundarios que puede tener el agua mineral si se llega a tomar en exceso debido a sus diferentes componentes:
- Cloruro: es un componente que ayuda a mantener el equilibrio de líquidos corporales, aunque su exceso puede llegar a aumentar la presión arterial.
- Fluoruro: tiene beneficios con el cuidado de los dientes, ya que fortalece su esmalte, aunque el incremento de su consumo tiene un efecto adverso, pues lo debilita.
- Magnesio: ayuda a mejorar el funcionamiento de nervios y músculos, pero su consumo en grandes cantidades puede llegar a provocar debilidad muscular.
- Calcio: ayuda a la formación de dientes y huesos, pero su abuso puede llegar a causar cálculos renales.
- Potasio: consumir en exceso puede provocar una concentración alta en la sangre conocida como hiperpotasemia.
- Sodio: regula el equilibrio de agua en el cuerpo, aunque consumirlo en grandes cantidades puede provocar hipertensión arterial y la retención de líquidos.
- Sulfato: aunque ayuda a eliminar las toxinas que llegan a entrar al organismo, su abuso puede llegar a provocar diarrea y deshidratación.