Actualmente la detección del Alzheimer se hace a través de varias pruebas para evaluar el deterioro de la memoria y otras habilidades de razonamiento, determinar las capacidades funcionales e identificar cambios en la conducta.
De igual modo se realizan una serie de pruebas para descartar otras posibles causas de deterioro, es decir, algo complejo de principio a fin. En el proceso también se habla con los familiares y amigos para saber más acerca de los síntomas y el comportamiento del afectado, para tener un diagnóstico preciso.
La enfermedad
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa, un tipo de demencia que causa problemas con la memoria, el pensamiento y el comportamiento. Los síntomas generalmente se desarrollan lentamente y empeoran con el tiempo, hasta que son tan graves que interfieren con las tareas cotidianas.
Es la forma más común de demencia, un término que se aplica a la pérdida de memoria y otras habilidades cognitivas que interfieren con la vida cotidiana; su factor de riesgo más conocido e importante es el aumento de la edad, ya que la mayoría de quienes lo padecen son mayores de 65 años, no obstante, en los últimos tiempos se tiene registro de casos que afectan a personas cada vez más jóvenes.
Tras detectarse los síntomas evidentes de la enfermedad, las personas con Alzheimer viven un promedio de ocho años, pero la supervivencia puede oscilar entre cuatro y 20 años, lo cual dependerá de su condición de salud.
Como es sabido, no tiene cura.
Sabías que... Pese a ser la enfermedad crónica que genera más coste social y económico, el Alzheimer recibe 10 veces menos inversión en investigación que otras patologías como el cáncer o las enfermedades del corazón.
El hallazgo
Teniendo como antecedente todas las complicaciones para ubicar la enfermedad, científicos de la Universidad de Tokio lograron un avance significativo en su detección; encontraron la manera de identificar acumulaciones de proteínas relacionadas con el Alzheimer en muestras de sangre de pacientes con síntomas muy leves o incluso asintomáticos.
El estudio incluyó el análisis de muestras de sangre de 474 personas que mostraban signos leves de deterioro cognitivo o ningún signo midiendo los niveles de proteínas beta amiloide y tau, características de la afección, mismas que pudieron identificar en sus primeras etapas, sin necesidad de procedimientos invasivos.
Los resultados fueron publicados en la revista especializada Alzheimer’s Research and Therapy, los cuales recibió con entusiasmo la comunidad científica. Takeshi Iwatsubo, líder del proyecto indicó que, “Los hallazgos podrían allanar el camino hacia un diagnóstico mucho más temprano utilizando un simple análisis de sangre en el futuro”, aunque también advirtió que la “población de estudio es relativamente pequeña”, por lo que la investigación “tiene varias limitaciones, debe verificarse en estudios futuros”.
¿Futuro promisorio?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hoy en día hay 47 millones de personas afectadas por demencias como el Alzheimer, una cifra que podría aumentar considerablemente en las próximas décadas.
No obstante, se estima que para el año 2060, aproximadamente una quinta parte de las personas mayores de 65 años podrían sufrir de demencia, por ello, tener un método de diagnóstico rápido, certero y accesible como el desarrollado por el equipo japonés.