¿Niños malcriados?, reglas de conducta sencillas para lograr un cambio

Un niño bien educado es un excelente reflejo de sus padres, además que una crianza responsable es una herramienta importante para el desarrollo del niño

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Los buenos modales se inculcan desde la infancia (Getty)
Los buenos modales se inculcan desde la infancia (Getty)

Es un hecho que los buenos modales se aprenden desde que somos niños, por ello es importante que se inculquen valores, además de enseñar la importancia de comportarnos adecuadamente, ser corteses y amables con las demás personas. Aunque la crianza no es sencilla, el Manual de Carreño puede guiarnos en algunos aspectos.

Este libro, que originalmente se titula El Manual de Urbanidad y Buenas Maneras, fue escrito por el venezolano Manuel Antonio Carreño como una forma sencilla y práctica de enseñar buenos modales.

Para Carreño el respeto que los niños les tienen a sus padres no debe excluir el cariño, ya que la confianza que se construye a través de ella es de suma importancia para la crianza de un hijo. “Nunca será un hijo más obediente y respetuoso, que cuando a los estímulos del deber haya de añadir los de una franca amistad”

Cómo son los niños bien portados

Así como el respeto debe extenderse a los padres, abuelos y tíos, este debe darse también al infante. La intimidad del trato diario no debe de ser una excusa para dejar de serlo.

  • Se debe guiar al niño para que tenga una buena higiene, los padres deben estar pendientes de su buena apariencia y pulcritud. Cuando vemos a un niño en este estado, no nos ocurre ni puede ocurrirnos ningún cargo que hacer a aquel inocente; pero sí formamos desde luego una idea bien desventajosa de la educación de su familia.
Los padres deben enseñar a sus hijos a tener una buena higiene (Archivo Infobae)
Los padres deben enseñar a sus hijos a tener una buena higiene (Archivo Infobae)
  • Deben evitarse por todos los medios las discusiones cuando hay visitas
  • Nada puede haber más impropio que una discusión acalorada entre padres e hijos, la voz del padre debe ser lo bastante respetable para imponer moderación. Una discusión llena de arranques de ira, tanto del hijo, como del padre, demuestra que no existe buena educación en ninguno de los dos.
  • Instemos a los niños a tener cuidado con las pertenencias de otras personas, si el niño por ignorancia o travesura puedan de alguna manera dañar algo es deber del padre contenerlos y reparar el daño
  • Acostumbremos a los niños a tener arreglada su habitación, tender su cama y recoger sus juguetes y pertenencias.
  • Cuando los niños se mantienen ocupados y entretenidos, no tienen tiempo de pelear e ingeniar maldades.

Cuáles son los estilos de crianza

Un niño bien educado es un excelente reflejo de sus padres. (Pexels)
Un niño bien educado es un excelente reflejo de sus padres. (Pexels)

La crianza no se reduce a la disciplina, sino que también contempla la forma en que un padre le muestre afecto, establezca límites, y el estilo de comunicación que tenga con su hijo, la transmisión de ideas o valores y el tipo de actividades que realicen en conjunto, según el libro ¿Cómo educar a hijos e hijas sin lastimar? de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Existen tres estilos diferentes de crianza: el autoritario el democrático o de autoridad racional y el permisivo.

El estilo autoritario ejerce el control sobre los niños, fija reglas y normas de conducta rígidas, no da opciones para escoger, tiende a concentrarse en el comportamiento negativo y lo modifica a través de regaños y castigos, critican demasiado el mal comportamiento.

Esto puede tener estas consecuencias, hijos inseguros con poco sentido de la responsabilidad, baja capacidad para tomar decisiones, pocas habilidades de afrontamiento y de interacción social.

En cuanto al estilo democrático o de autoridad racional, ayuda a los niños a valerse por sí mismos y pensar en las consecuencias de su comportamiento, establece reglas y límites claros tomando en cuenta el bienestar de todos, sabe que cuando se transgreden las reglas hay consecuencias, da expectativas claras y explica el por qué esperan ese comportamiento, afirman las cualidades de los niños y fomentan la comunicación abierta con ellos.

La crianza democrática tiene un efecto positivo en los niños, ya que desarrollan un sentido de responsabilidad y de autorregulación, desarrollan una capacidad autocrítica, tienen una mayor capacidad intelectual y mayores habilidades de comunicación.

El estilo permisivo cede la mayoría del control de sus hijos, fija muy pocas reglas o las que existen suelen ser difusas, no establece límites claros y no tiene expectativas claras de comportamiento para sus hijos/as.

Los niños que se desarrollan bajo este estilo de crianza tienden a tener un escaso control sobre su propia conducta, no reconocen ni respetan las figuras de autoridad, tienen poca capacidad para afrontar y solucionar problemas, pueden llegar a ser agresivos e intolerantes a la frustración, tienden a decir mentiras y ser inseguros, tienen problemas de autoestima, bajos logros escolares y problemas de adaptación social.

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