Extrabajadores del SME avientan huevos a la sede del PAN; Marko Cortés arremete contra ellos y los llama “porros”

Exempleados de la extinta Luz y Fuerza del Centro (LyFC), ahora disidentes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), efectuaron una manifestación en la sede nacional del Partido Acción Nacional (PAN) en Avenida Coyoacán. La protesta incluyó el lanzamiento de huevos a las instalaciones y a la imagen de Xóchitl Gálvez Ruiz, candidata de la alianza Fuerza y Corazón por México.

Durante la manifestación, los exintegrantes de LyFC denunciaron que el Partido Acción Nacional, en administraciones pasadas, perjudicó a la clase trabajadora y otorgó beneficios a las élites. Según un boletín obtenido por Diario de México, recalcaron que aunque la fuerza laboral en México consta de 61 millones de personas, menos del 1% de la población concentra más del 60% de la riqueza nacional.

Asimismo, se hizo un llamado a los votantes para reflexionar su voto en las próximas elecciones del 2 de junio, cuando se renovarán más de 20 mil cargos de elección popular, incluida la Presidencia de la República. El Frente Amplio de Unidad (FAU) “Jorge Tapia Sandoval”, un grupo disidente del SME, enfatizó que en administraciones del PAN se actuó en detrimento de la clase trabajadora.

El líder del FAU, Ramón Pacheco, destacó que durante el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), la tasa de desempleo alcanzó el 5%, mientras que bajo la administración de Andrés Manuel López Obrador se redujo al 2.3%, el nivel más bajo en la historia de la tasa de desempleo en México.

Pacheco también señaló que el Partido Acción Nacional tiene una “gran deuda” con la clase obrera del país, especialmente con los miles de extrabajadores afectados por la extinción de Luz y Fuerza del Centro en 2009. Estos empleados aún esperan su reinserción laboral y compensación.

Por medio de la red social X, el líder del Partido Acción Nacional Marko Cortés condenó las acciones de esta manera:

Luz y Fuerza del Centro (LyFC) fue una empresa paraestatal mexicana que operó durante más de un siglo, brindando servicios de distribución de energía eléctrica a una amplia región que incluía el Distrito Federal y partes de los estados de México, Morelos, Hidalgo y Puebla. Fundada en 1903, LyFC se consolidó como una entidad crucial para el desarrollo energético del centro del país, permitiendo la electrificación de hogares, industrias y servicios esenciales.

El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) se fundó el 14 de diciembre de 1914 con el propósito de proteger y promover los derechos laborales de los trabajadores de LyFC. A lo largo de su existencia, el SME se caracterizó por su fuerte capacidad organizativa y su activa participación en la lucha por mejoras laborales. Este sindicato logró posicionarse como una de las organizaciones más influyentes en el ámbito laboral mexicano.

La extinción de Luz y Fuerza del Centro se oficializó el 11 de octubre de 2009 mediante un decreto presidencial emitido por el presidente Felipe Calderón Hinojosa. El gobierno argumentó que la empresa era financieramente insostenible y operaba de manera ineficiente. Según las autoridades, LyFC registraba pérdidas significativas que no sólo afectaban su viabilidad, sino que también representaban una carga importante para el erario público.

El decreto de extinción señaló que los costos operativos de LyFC eran elevados y que su productividad estaba muy por debajo de los estándares nacionales e internacionales. Entre los factores identificados estaban la falta de inversión en infraestructura tecnológica, problemas de gestión y una nómina inflada. La decisión de disolver la empresa pretendía, de acuerdo con el gobierno, mejorar la eficiencia del sistema eléctrico en la región central del país y reducir los elevados costos de operación que recaían en el Estado.

El cierre de Luz y Fuerza del Centro dejó sin empleo a aproximadamente 44,000 trabajadores, lo que generó una importante controversia y una serie de protestas lideradas por el SME. Los integrantes del sindicato denunciaron la medida como una violación a sus derechos laborales y exigieron su reinstalación en la Comisión Federal de Electricidad (CFE) o una compensación justa.

Tras la extinción de LyFC, la CFE se hizo responsable de la distribución de energía eléctrica en la región que anteriormente estaba bajo la jurisdicción de LyFC. El objetivo fue integrar un sistema más eficiente y sostenible, aunque el proceso estuvo marcado por tensiones y conflictos sindicales. Esta decisión marcó un punto de inflexión en el sector eléctrico mexicano y dejó un legado de debate sobre la gestión de empresas públicas y los derechos laborales en México.