Si bien los cárteles de la droga comenzaron a establecerse en México hacia los 1980′s, ha sido en las últimas dos décadas que han tenido una acelerada expansión, de acuerdo con un reciente artículo de Financial Times.
La mal llamada ‘guerra contra las drogas’ de Felipe Calderón Hinojosa sumió al país “en un baño de sangre”, pero la amenaza se agravó durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, según el análisis del diario británico.
Para 2024, las principales organizaciones criminales del país han alcanzado tal expansión que sus actividades no se limitan al trasiego de drogas. Lavado de dinero, tráfico de armas y migrantes, tráfico sexual, extorsión y sobornos son sólo algunos de los delitos en los que incurren con normalidad. “Los cárteles controlan más territorio que nunca”, señalan fuentes del Ejército de los Estados Unidos citadas por la publicación.
Debido al afán por dominar cada vez más regiones y apropiarse de todos los negocios posibles, estas estructuras han llevado sus disputas a una gran parte de la superficie nacional.
Las investigaciones del medio británico señalan que hasta 2021 los cárteles mantenían una violenta confrontación en 17 estados del país.
Baja California, Sonora, Zacatecas, Chiapas y Quintana Roo son los escenarios en los que el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa se enfrentan constantemente.
En tanto, el cártel de las cuatro letras, liderado por Nemesio Oseguera Cervantes ‘El Mencho’, se enfrenta a grupos delictivos locales en Oaxaca, Michoacán, Morelos, Guanajuato, el Estado de México y la Ciudad de México. Por otro lado, en Veracruz su principal rival es el cártel de Los Zetas.
Los de la última letra, o al menos sus remanentes, se mantienen en una constante confrontación armada contra el Cártel del Golfo en San Luis Potosí, Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, según Financial Times.
En el estado de Chihuahua, uno de los más relevantes en cuanto al tráfico de migrantes, es una región que buscan dominar el Cártel de Sinaloa y el Cártel de Juárez.
Asimismo, hay entidades que representan importantes bastiones para cada organización criminal, y en las cuales mantienen un poderío prácticamente absoluto. Tal es el caso del CJNG en Baja California Sur, Jalisco, Nayarit, Aguascalientes y Querétaro. En contraste, el Cártel de Sinaloa se encuentra plenamente asentado en Sinaloa y Durango.
Respecto a Guerrero, Puebla, Tlaxcala e Hidalgo, el Financial Times los ubica como territorios dominados por agrupaciones delictivas locales. Conviene resaltar que los únicos estados en los que no se registró alguna disputa evidente entre cárteles fueron Yucatán y Campeche.