Desde pequeños a todos nos han enseñado que las personas tenemos 5 sentidos: olfato, vista, tacto, oído y gusto y que es a partir de ellos que percibimos y entendemos el mundo que nos rodea.
Sin embargo, es probable que esta información tenga que ser reescrita de los libros de enseñanza, ya que la ciencia parece haber encontrado que existen dos sentidos más que han sido ignorados durante todo este tiempo.
La teoría ha sido presentada por especialistas en neurociencia, quienes señalan que podrían ser 7, y no 5, los sentidos que nos permiten experimentar nuestra realidad y esta idea ha comenzado a cobrar fuerza desde hace aproximadamente unos cinco años.
De acuerdo con este principio, los otros dos sentidos con los que cuenta el ser humano son la interocepción y la propiocepción. En palabras sencillas podría decirse que la interocepción sería la capacidad que tenemos de percibir los estímulos que ocurren dentro de nuestro cuerpo mientras que la propiocepción se entiende como la capacidad de percibir nuestra propia corporalidad.
El primer sentido, interocepción, es descrito como lo que nos permite percibir sensaciones como el dolor de cabeza, el hambre, la saciedad y cualquier dolor relacionado con algo interno.
“El incremento en la frecuencia cardiaca que experimentamos cuando nos da un ataque de ansiedad o las ‘maripositas’ que sentimos en el estómago cuando vemos a alguien que nos gusta son señales interoceptivas”, explicó hace tiempo en conferencia Mónica Andrea López Hidalgo, profesora de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES), Unidad Juriquilla, y especialista en neurociencias de sistemas.
Por su parte la propiocepción hace referencia a la capacidad que tenemos de percibir la corporalidad y los movimientos de nuestro propio cuerpo, por medio de la habilidad de sentir nuestros músculos y articulaciones.
Aunque muchas veces sea tan inmediato que no nos percatamos de ellos, esta habilidad espacial es la que nos permite calcular las distancia, la fuerza y los movimientos que debemos hacer para caminar, realizar algún movimiento o alcanzar algún objeto.
Al respecto, la especialista antes citada también expresó sobre este sentido: “cuando alguien está sentado en una mesa platicando con otra persona, su cerebro ya ha recibido señales propioceptivas, gracias a las cuales sabe dónde se encuentra su mano derecha y a qué coordenada debe dirigirla para coger su celular sin voltear a verlo”.
Cabe mencionar que los nuevos estudios parecen haber encontrado una relación entre estos sentidos y trastornos como la depresión y la ansiedad, lo que podría dar nuevas luces para entenderlos y buscar tratamientos, pues podría ser causados por algún tipo de desbalance en dichos sentidos.
Cuáles son los cinco sentidos tradicionales del cuerpo humano
Además de los nuevos sentidos recientemente descubiertos, que siguen siendo estudiados para poder entenderlos mejor, recordemos cuáles son los sentidos tradicionales que enseñan en la escuela:
- Vista:
Permite percibir el entorno a través de los ojos, captando luz y colores.
Involucra estructuras como la retina, el nervio óptico y el cerebro. - Oído:
Permite recibir sonidos mediante las ondas sonoras que llegan al oído.
Incluye el oído externo, medio e interno, así como el nervio auditivo. - Gusto:
Permite distinguir sabores a través de las papilas gustativas en la lengua.
Capta los sabores básicos: dulce, salado, ácido, amargo y umami. - Olfato:
Permite identificar olores a través de receptores en la nariz.
Las señales olfativas son procesadas por el bulbo olfatorio. - Tacto
Permite sentir texturas, temperaturas y dolor mediante la piel.
Involucra receptores sensoriales distribuidos por todo el cuerpo.
Estos sentidos trabajan conjuntamente para ofrecer una percepción completa del entorno.