Durante esta semana México se enfrenta a la tercera onda de calor de la temporada 2024, con temperaturas máximas que superarán los 45 grados Celsius en varias regiones, de acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
Las entidades más afectadas son Baja California Sur, Campeche, Coahuila, Guerrero, Michoacán, Nuevo León, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz y Yucatán.
Los estados de México donde históricamente se han alcanzado los 50 grados Celsius son Baja California y Sonora. En estas regiones, especialmente durante el verano, las temperaturas pueden exceder los 50 grados, particularmente en zonas desérticas como Mexicali en Baja California y la región de Altar en Sonora.
La actual onda de calor ha sido atribuida a una circulación anticiclónica en niveles medios de la atmósfera que se ha establecido sobre el territorio mexicano.
⚠️☀️ Hoy inicia en #México, la tercera #OndaDeCalor de la temporada. Será originada por una circulación anticiclónica, actualmente sobre #México, pronosticándose temperaturas superiores a 40 grados #Celsius en 27 entidades del país.🥵 pic.twitter.com/IcMyTIUU9I
— CONAGUA Clima (@conagua_clima) May 20, 2024
Estas condiciones climáticas también provocará temperaturas de entre 40 y 45 grados Celsius en Baja California, Chiapas, Chihuahua, Colima, Durango, el norte de Hidalgo, Jalisco, Morelos, Nayarit, Oaxaca, el norte y suroeste de Puebla y Quintana Roo.
Además, otras zonas como Aguascalientes, el suroeste del Estado de México, Guanajuato, Querétaro y Zacatecas, experimentarán temperaturas de entre 35 y 40 grados. Mientras tanto, Ciudad de México y Tlaxcala enfrentarán temperaturas de entre 30 y 35 grados Celsius.
Las olas de calor en México se han vuelto cada vez más comunes en las últimas décadas. Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), estos eventos extremos han mostrado una tendencia al alza, tanto en frecuencia como en intensidad.
Durante los meses de mayo a agosto, ciertas regiones del país, como el norte y el centro, son particularmente vulnerables a las olas de calor debido a factores climáticos y geográficos. La aparición de estos fenómenos también está relacionada con el cambio climático, que intensifica las temperaturas y prolonga la duración de las olas de calor.
Aunque en mayo también se considera formalmente el inicio de la temporada de huracanes, una circulación anticiclónica prevalece en la atmósfera del territorio mexicano, por lo que hasta este 20 de mayo no existe alerta de la formación de un sistema en los próximos días.
En respuesta a estas condiciones extremas, las autoridades de Salud y Protección Civil sugieren evitar la exposición prolongada al sol, mantenerse hidratado y prestar especial atención a las personas más vulnerables, como enfermos crónicos, niños y adultos mayores. Además, se insta a seguir todas las indicaciones emitidas por los organismos de salud para minimizar los riesgos asociados con las altas temperaturas.
Estas medidas preventivas son esenciales para mitigar efectos adversos como el golpe de calor y la deshidratación, que pueden poner en peligro la salud de los ciudadanos. De acuerdo con diferentes reportes, las autoridades monitorean la situación y están listas para actuar en caso de emergencias relacionadas con esta ola de calor.
Los retos en el corto plazo en América del Norte ante el cambio climático incluyen mejorar y reforzar infraestructuras urbanas y rurales para resistir eventos climáticos extremos, como olas de calor, inundaciones y tormentas.
Además, se deben implementar políticas eficaces para el uso sostenible y conservación del agua, especialmente en áreas propensas a sequías.
También desarrollar prácticas agrícolas resilientes al clima para proteger la seguridad alimentaria y evitar pérdidas económicas.
Tomar medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, promoviendo energías renovables y fomentando la eficiencia energética.
Conservación y restauración de ecosistemas para mantener su capacidad de absorber carbono y proteger la biodiversidad.
Mejorar los sistemas de alerta temprana y la capacidad de respuesta ante emergencias climáticas para minimizar los impactos en las comunidades vulnerables.
Incrementar la educación y concienciación pública sobre los riesgos del cambio climático y las acciones necesarias para mitigarlos.