Diariamente me encuentro con un nuevo desarrollo, innovación o alguna implementación de tecnología, por ejemplo: inteligencia artificial, redes neuronales, machine learning, etc., cualquier cantidad de innovaciones en productos y servicios. Por el otro lado, me encuentro también con empresas o negocios que se mantienen sin cambios. Este artículo precisamente es para estos últimos: quiero motivarlos a realizar ajustes que les permitan mejorar la experiencia al cliente, ser más eficientes en la operación o generar nuevas oportunidades de negocio.
El camino a la transformación no es sencillo, sin embargo, si cuidamos seguir ciertos puntos, lo lograremos.
Voy a centrarme en tres pasos que resumen muy bien el camino a la transformación digital:
1. Evaluación de la situación actual y futura
2. Estrategia
3. Implementación
1. La evaluación de la situación actual y futura se refiere precisamente a incorporar en nuestro día a día algunos indicadores que nos permitan medirnos, recordando que lo que no se mide no se puede mejorar. Lo mismo sucede en nuestro negocio o empresa: debemos establecer ciertos indicadores que podríamos llamar “de desempeño”, “de productividad” o “de niveles de servicio”; dependerá de lo que queramos mejorar. Estos indicadores deben mostrar con claridad la situación actual en la que se encuentra el negocio; de igual forma, nos permiten analizar la infraestructura tecnológica con la que contamos, los procesos y, por supuesto, identificar los puntos de mejora con respecto a la situación futura o deseada. Este análisis nos habilitará para encontrar las áreas de mejora y las situaciones donde podríamos incorporar una innovación digital.
Entender claramente lo que significa esa transformación hace posible establecer objetivos, ya que la transformación digital se puede definir como “todo proceso que le permite a las empresas o negocios integrar nuevas tecnologías y mejorar el modelo de negocio, hasta automatizar procesos o incluir robots para asesorar o guiar al cliente”.
2. Estrategia. La evaluación anterior permite conocer la situación actual de nuestro negocio e identificar las posibles necesidades, desde el punto de venta hasta cualquier proceso en la empresa. Recuerda que cualquier innovación, por pequeña que parezca, podría ahorrar dinero o esfuerzo, así que la estrategia debe incluir todos los procesos del negocio. De igual forma, en esta etapa se debe cotizar y determinar hasta dónde el accionista está dispuesto a invertir para alcanzar sus objetivos. Recuerda también incluir objetivos sociales, ambientales y de gobernanza: los proyectos hoy en día deben estar alineados con los factores ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza, por sus siglas en inglés).
3. Implementación. Cuando ya se tiene el presupuesto y una estrategia definida, es momento de actuar e implementar la solución. Esto podría llevarnos a incluir las nuevas tecnologías, como las señaladas al inicio de este artículo, para automatización de procesos, capacitar al personal y, por supuesto, comunicar todos estos cambios a todo el talento de la organización.
Quien lidera debe saber que impulsar la transformación digital dentro de su organización conlleva beneficios que pueden convertirse en grandes ahorros, provenientes de una mejora en la eficiencia operativa generada por la automatización de procesos o por involucrar robots en la realización de actividades repetitivas. Además de reducir costos, mejora la productividad, disminuyen los errores y se incrementa la satisfacción del cliente, dada la posibilidad de personalizar experiencias. Un aspecto relevante es que por medio del análisis de datos se logra la identificación de nuevas oportunidades de negocio
La transformación digital es para todos, no solo para las grandes empresas. Aplicarla en tu negocio no es una opción, debes ser parte: para competir, toda organización está supeditada a cambiar; con educación, asesoría y esfuerzo, puedes lograr esos cambios que tanto hacen falta para estar a la vanguardia. Recuerda, sigue esta ruta para la transformación.