Beber un buen vino o trago puede ser toda una experiencia sensorial. El tipo de copa en que lo sirvamos, la temperatura en la que se encuentre e incluso los alimentos con los que los acompañemos pueden ayudar a realzar su sabor, o por lo contrario, apagar su potencial y dejarnos un mal sabor de boca.
El Manual de Carreño, todo un estandarte en cuanto reglas de etiqueta, nos ayuda a comprender de forma sencilla qué hacer y qué no hacer cuando estemos en algún evento social o en una comida con amigos.
Cuáles son los tipos de copas
En las cenas formales o comidas en las que se acostumbra servir vino, se deben colocar los vasos y copas siempre a la derecha. Una copa grande tradicional para el agua, otra para el vino y una tercera para el champagne. Si el anfitrión llega a ofrecer a los comensales otro tipo de licor, este se traerá a la mesa junto con las copas correspondientes. Estos son los tipos de copa para cada tipo vino y licor.
Copa flauta o coupé
Es utilizada para servir bebidas espumosas como el champagne o la sidra. Su altura permite que no se pierdan las burbujas y conserve su sabor por más tiempo.
Según el manual, este tipo de bebidas acompañan el postre. La botella de champagne se envuelve en una servilleta de tela antes de abrirse. La bebida se sirve fría y una vez que ha sido abierta se coloca en un recipiente especial con hielo.
Copa vino tinto
Esta copa es grande y ancha para permitir que el comensal pueda acercarse y percibir los aromas del vino tinto. La bebida puede servirse a temperatura ambiente y combina bien con carnes rojas.
Copa vino blanco
Esta copa es más pequeña que la de vino tinto y tiene una forma más recta, ya que se recomienda que el vino blanco se consuma muy frío y esto ayuda a mantener una temperatura fresca. Se sirve con carnes blancas y aves.
Copa oporto
Esta es más pequeña que las dos anteriores, ya que las bebidas que se sirven en ella son dulces y es recomendable servir una cantidad pequeña para no abrumar el paladar. El oporto se ofrece a temperatura ambiente junto con el postre, por lo que deben permanecer en sitios cálidos varias horas antes de servirse.
Copa sherry o jerez
Esta pequeña copa se utiliza para ofrecer digestivos, nunca debe servirse más allá de la mitad de su capacidad. La temperatura a la que se sirve depende de los gustos de la persona, pues no hay una norma estricta en cuanto a esto.
Copa licor
La forma de esta copa impide que los aromas de la bebida se escapen, se utiliza para servir licores y cremas. Se sirven a temperatura ambiente y pueden ofrecerse después del café.
Copa snifter o balón
Esta copa es muy versátil, ya que es utilizada para servir gin tonic, diversos vinos tintos, coñac o brandy. Su tamaño permite que el contenido se oxigene y sea fácil percibir los aromas.
Vaso para whiskey
Este vaso es bajo y ancho, por lo que es fácil de sujetar. Es común utilizarlo para servir bebidas como el whiskey y su tamaño facilita que se puedan servir las bebidas con hielos.
Cuánto hay que servir
Si somos nosotros quienes estamos sirviendo el vino, nunca debemos llenar la copa o el vaso, además debemos servir de forma lenta, sin precipitaciones, para poder parar cuando el dueño de la copa nos lo indique.
Si, por el contrario, somos quienes sujetamos la copa podremos indicarle al anfitrión por medio de la palabra o levantando ligeramente el cuello de la botella con la copa la cantidad de la bebida.
De acuerdo con Larousse Cocina, la cantidad correcta de líquido que debe servirse en una copa depende del tipo de vino. Para el vino tinto media copa, menos de media copa para el vino blanco y tres cuartas partes de copa en el caso de vinos espumosos.
Para los licores la cantidad depende de la bebida; sin embargo, no debemos olvidar que, al igual que con el vino, nunca se debe llenar un vaso hasta el borde. En el caso de los licores varía de acuerdo a la bebida. En el caso de los cócteles se recomiendan de 50- 70 mililitros, mientras que para el whiskies y licores 40, de acuerdo con la marca de cristalería Lusini.
El Manual de Carreño en la sociedad actual
Manuel Antonio Carreño fue un músico, diplomático y pedagogo venezolano a quien le debemos el famoso Manual de Urbanidad y Buenas Maneras, coloquialmente conocido como Manual de Carreño. Este libro fue publicado por primera vez en 1853 y ha sido reimpreso y adaptado en muchas ocasiones.
A pesar de que Carreño hace mención a situaciones sociales que son difíciles de imaginar, como cenas elegantes de varios tiempos, servir una cena con ayuda de la servidumbre o bailes, hay normas y recomendaciones que nunca pasarán de moda.