Así era como Francisco I. Madero hablaba con los muertos para tomar decisiones políticas

Una de las razones que motivaron a Madero a interesarse por el espiritismo fue la muerte trágica de su hermano Raúl, quien falleció en un accidente

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Madero Espiritista foto: X/@21chep
Madero Espiritista foto: X/@21chep

Francisco I. Madero nació en una familia acomodada en Parras de la Fuente, Coahuila, en 1873. Desde joven mostró un fuerte interés por lo espiritual y lo místico, lo que eventualmente lo llevó a la práctica del espiritismo, una doctrina que llegó a México desde Europa en la segunda mitad del siglo XIX. El espiritismo se basa en la creencia de que los espíritus de los muertos pueden comunicarse con los vivos, a menudo a través de médiums.

Madero comenzó a explorar el espiritismo alrededor de 1900 y se convirtió en un ferviente practicante. Creía que la conexión con los espíritus podía ofrecer orientación moral y emocional, y estaba convencido de que recibía mensajes de figuras históricas y familiares fallecidos.

En 1911, bajo el pseudónimo de “Bhima”, Madero publicó “Manual Espírita”, un libro que compilaba sus creencias y experiencias espiritistas. En este texto, Madero argumentaba que el espiritismo podría ser una herramienta para el autoconocimiento y la evolución moral. Insistía en que los espíritus elevados podían ofrecer consejos para la mejora personal y social, marcando el camino para una vida más ética y justa.

El libro no sólo proporcionó un vistazo a las creencias personales de Madero, sino que también explicó cómo estas creencias influyeron en su visión política y social. En sus palabras, el espiritismo alentaba a la gente a ser más responsable y justa, cualidades que él consideraba esenciales para cualquier líder.

Madero utilizó el espiritismo como una fuerza inmaterial política
Crédito: Wikimedia Commons/INAH
Madero utilizó el espiritismo como una fuerza inmaterial política Crédito: Wikimedia Commons/INAH

Uno de los aspectos más controvertidos de la vida de Madero es la afirmación de que consultaba a los espíritus para tomar decisiones políticas. Según algunas fuentes, tenía sesiones espiritistas en las que buscaba guía de los espíritus respecto a asuntos de Estado. Estas sesiones supuestamente incluían la comunicación con personajes históricos como Benito Juárez y familiares fallecidos.

El historiador Enrique Krauze y otros estudiosos han señalado que Madero utilizó esta práctica para fortalecer su determinación y validar sus decisiones. Algunos partidarios de Madero veían su espiritismo como una prueba de su profunda moralidad y compromiso con la justicia social. Sin embargo, sus detractores utilizaron estas prácticas para desacreditarlo, retratándolo como un visionario insensato que ponía en riesgo la estabilidad del país al seguir consejos de más allá de la tumba.

La Revolución Mexicana fue el contexto en el que Madero emergió como un líder clave. En 1910, lanzó su desafiante campaña contra el régimen de Porfirio Díaz, inspirado no sólo por su convicción política, sino también por lo que él creía era una misión espiritual. Madero sentía que estaba destinado a liderar a México hacia un nuevo orden, guiado no sólo por principios democráticos y liberales, sino también por sus creencias espiritistas.

La influencia del espiritismo en la Revolución Mexicana está reflejada en su Plan de San Luis Potosí, un manifiesto que llamó a la insurrección armada y la instauración de la democracia en México. Aunque este documento es netamente político, sus motivaciones estaban profundamente arraigadas en su convicción espiritual. Según algunos relatos, Madero tomó decisiones clave durante la revolución basándose en mensajes que creía recibir de los espíritus.

Madero asumió la presidencia en noviembre de 1911. Sin embargo, su mandato estuvo marcado por la inestabilidad y la oposición constante, tanto de aquellos que fueron sus aliados revolucionarios como de los sectores conservadores que lo veían con desconfianza. Sus prácticas espiritistas comenzaron a ser un tema de preocupación y burla.

Algunos críticos de la época argumentaban que la influencia del espiritismo nublaba su juicio y lo alejaba de la realidad política y social del país. En particular, se le acusaba de ser demasiado indulgente con sus enemigos y de mantener una visión utópica de la política que no se ajustaba a las complejidades reales del gobierno.

Tabla Ouija común en rituales espiritistas para contactar espíritus (Foto: Instagram/@donruadh)
Tabla Ouija común en rituales espiritistas para contactar espíritus (Foto: Instagram/@donruadh)

Madero fue derrocado en un golpe de estado en febrero de 1913, liderado por Victoriano Huerta, y fue asesinado poco después. Aunque su gobierno fue breve, su influencia en la historia de México es innegable, y su interés por el espiritismo añade una capa adicional de complejidad a su legado.

Durante una conferencia en el ciclo “Grandes escritores del México independiente y revolucionario”, organizada con motivo del Centenario de la Revolución, Krauze detalló que esta tragedia en la infancia de Madero dejó una huella profunda. “Fue tanto el dolor que no toleró la idea de no saber nada de él”, comentó Krauze sobre la influencia de la muerte de Raúl en Madero.

René González, sobrina de Madero, proporcionó a Krauze acceso a los archivos personales del expresidente. “Tuve esa fortuna y la visité en su casona de San Ángel. Me prestó los libros espiritistas originales que él escribió”, reveló Krauze durante la conferencia titulada “Madero: El hombre”.

Madero usó estos textos para “comunicarse” con el más allá, estableciendo contacto con importantes figuras como Benito Juárez y un espíritu llamado José, además de con su hermano Raúl. Biógrafos e historiadores afirman que incluso eventos históricos como la Revolución Mexicana fueron inspirados por estos espíritus, quienes aconsejaron a Madero en la toma de decisiones significativas, como el Plan de Iguala.

Con esta información, se puede comprender mejor la influencia del espiritismo en la vida y acciones de Francisco I. Madero durante un período crucial de la historia de México, marcando cómo sus creencias personales impactaron su liderazgo.

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